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El último dinosaurio por Rosetta Forner

La Razón
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La Tierra ha pasado por muchos cambios climáticos, no me cabe la menor duda. Hace años visité el Painted Desert y el Petrified Forest (Arizona), ambos muestran que la vida allí hace muchos miles de años era un vergel. Sin embargo, ahora son lo que su nombre indica: desierto y árboles petrificados. No imagino a un dinosaurio preocupándose por el cambio climático. ¿No? No. Sencillamente porque no hubiese podido sacarle partido mediático. Es urgente y necesario cuidar el planeta en el que habitamos, pero sin hacer proselitismo o demagogia usando los cambios naturales de la climatología terrestre. Más congruencia. ¿Será por eso que los apóstoles de esa nueva religión han perdido credibilidad? Eso de predicar el ahorro energético y usar aviones privados para desplazarse, o tener acólitos que imparten conferencias gratis mientras el jefe cobra miles de dólares no es serio. Asimismo, esa manía que tienen algunos humanos de ejercer de Atila asolando huertos y cubriendo la tierra con cemento es abonar el desastre. En vez de centrarse en quedar bien de cara a la galería, sería más conveniente idear cómo lograr que la gente de las zonas más desfavorecidas de la Tierra tenga agua para beber y cultivar los campos, y así acabar con el hambre y la desigualdad entre hermanos. Que no se nos seque la conciencia: plantemos árboles, aunque sea en el balcón, o al final tendremos un planeta lleno de ladrillos y ni una gota de agua.