Otros «escándalos» del deporte español

Madrid- El caso del «no positivo» en el Eurobasket no ayuda a la ya dañada reputación del deporte español, que en los últimos años se ha visto salpicado por varios escándalos. Ha quedado en nada, como algunos otros –la FIBA le dio carpetazo de forma casi inmediata–, pero el daño está hecho y se suma a una lista que llevó, por ejemplo, a la «Gazzetta dello Sport» a publicar que «en España doparse es casi legal». O llevó al COI a poner pegas a la ley antidopaje española antes de elegirse los Juegos de 2016. «Esa pequeña salvedad se subsanará (para Madrid 2020, con la reforma de la ley que aprobó el Consejo de Ministros y los informes enviados a la AMA, pero no nos quitamos el sambenito en el extranjero y esto nos daña terriblemente», dijo ayer Alejandro Blanco, que ha señalado varias veces que los positivos de España son del 1,2 por ciento, como la media Europea. El sambenito se debe a los siguientes casos:

- «Operación Puerto». La trama de Eufemiano Fuentes está pendiente de resolución judicial seis años después. Se vieron implicados más de 200 ciclistas, algunos extranjeros, y sólo ha habido saciones en el extranjero (Valverde, Ullrich, Basso). Como consecuencia de esta «operación», el diario francés «Le Monde» insinuó que Real Madrid y Barça estaban involucrados. Ambos clubes denunciaron y ganaron: el periódico fue condenado a pagar una indemnización.

- «Operación Grial». Una red en la que sancionaron a Paquillo Fernández por tenencia de sustancias prohibidas. Quedó demostrado y le sancionaron dos años sin competir, reducido a uno por colaboración del marchador.

- «Operación Galgo». La supuesta trama gigantesca de dopaje en el atletismo español se fue cayendo con el paso de los días y según iban apareciendo informaciones. Marta Domínguez está libre de los cargos que la imputaron y la situación ha dado la vuelta: la jueza ha pedido que se investigue a la Guardia Civil. El perseguidor, perseguido.

- Contador y el solomillo. Un asunto que podría ni haber salido a la luz. La UCI avisó a Contador en agosto y le tranquilizó diciendo que los niveles eran tan bajos que seguramente era por una contaminación. Una filtración del laboratorio de Colonia a una televisión alemana hizo que el asunto estallara y ahora está pendiente de lo que diga el TAS.