Valencia
Cuando Benicàssim era Benidorm
Todo comenzó en San Remo hace 60 años. En 1951, para revitalizar el decaído mercado de las flores y animar el fantástico casino, se decidió organizar el Festival de la Canción de San Remo. Al boom económico de Italia se unió el triunfo internacional de su canción melódica, contagiando la fiebre festivalera al resto de Europa.
En 1956, y promovido por las Unión Europea de Radiodifusión, nació el Festival de Eurovisión como una tímida copia del italiano. San Remo fue el modelo de todos los festivales que surgieron a raíz del éxito de Domenico Modugno y su mítica «Volare», en 1958.
Pedro Zaragoza comprendió que para promocionar Benidorm tenía que imitar a San Remo: organizar un festival y retransmitirlo por la radio. La comunicación, ésa fue la genial idea de este alcalde visionario, por lo que no puede extrañar que el primer éxito fuera «El telegrama»: «Destino: tu corazón. Domicilio: cerca del cielo. Remitente: mis ojos son. Y texto: ¡te quiero te quiero!», que cantaba Monna Bell. Y tras este homenaje a Correos, el segundo debía ser a Telefónica. «Comunicando» decía: «He de decirte tantas cosas, pero mi vida cómo y cuándo, si cuando llamo tú estas siempre comunicando». En pocos años, el festival de Benidorm se convirtió en una cita nacional de la música ligera, lanzando a la fama a Raphael, Julio Iglesias, Emilio José y Dyango.
En 1959, Barcelona copia la idea y organiza el Festival Internacional del Mediterráneo. Tan parecido a San Remo, Eurovisión y Benidorm que se intercambiaban los intérpretes. Su mayor descubrimiento fueron Nana Mouskouri, Salomé y Bruno Lomas, que triunfó con la canción del Dúo Dinámico «Como ayer». Tras el escándalo de las votaciones, Televisión Española decidió abandonarlo y centrarse en Eurovisión, apostando por Ma-ssiel, que ganaría en 1968, Salomé, en 1969, y Julio Iglesias.
El más turístico fue el de Mallorca, que apenas duró seis años pero dio momentos de gloria a la música pop: el descubrimiento de Karina con «Me lo dijo Pérez», la maravillosa «Vuelo 502», de Los de la Torre, la impresionante «El turista 1.999.999», de Los Stop, y el hallazgo total de «El puente» desde Valencia hasta Mallorca que cantaban Los Mismos: «Será maravilloso viajar hasta Mallorca, sin necesidad de tomar el Talgo o el avión, sólo viajando en bicicleta o autoestop».
Modelo de canción del boom turístico y de la comunicación viaria, como la de ese turista que «por bajar tan deprisa del avión, con su minipantalón, se ha perdido la ocasión de tener las atenciones que por suerte le brindaron al turista dos millones».
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