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«La violencia en Siria debe cesar ya ha habido mucha sangre»

El Papa pidió ayer desde el balcón central de la Basílica de San Pedro que Dios «socorra a la humanidad afligida por tantos conflictos que ensangrentan el planeta» y denunció la separación del hombre con Dios que se da en nuestro tiempo.

El Pontífice pronunció el tradicional Mensaje de Navidad ante varios miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano
El Pontífice pronunció el tradicional Mensaje de Navidad ante varios miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticanolarazon

MADRID- Ante miles de peregrinos congregados para recibir la tradicional bendición Urbi et orbi de Navidad, Benedicto XVI recordó que «Jesús fue enviado por Dios Padre para salvar a la humanidad del mal profundo arraigado en el hombre y en la historia», un mal que es «la separación de Dios, el ponerse en concurrencia con Dios y ocupar su puesto, el decidir lo que es bueno y es malo, y el ser el dueño de la vida y de la muerte». En este sentido, el Papa afirmó que Cristo «es el médico y la humanidad la que está enferma» y reconocer esto «es el primer paso hacia la salvación».

El Pontífice tuvo también palabras de afecto para aquellos pueblos que están atravesando dificultades. «Que Dios conceda la paz y la estabilidad a la Tierra en la que ha decidido entrar en el mundo, alentando la reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos», afirmó Benedicto XVI y exhortó a la comunidad internacional a que «no haga faltar su ayuda» a «los muchos prófugos» del Cuerno de África y a las víctimas de las inundaciones en Tailandia y Filipinas. Tras pronunciar su mensaje el Papa felicitó la Navidad a los fieles en 68 idiomas.

La noche anterior el Obispo de Roma presidió la Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro. «Demuestra tu poder, ¡oh Dios! en este mundo nuestro, haz que las varas del opresor, las túnicas llenas de sangre y las botas estrepitosas de los soldados sean arrojadas al fuego, de manera que tu paz venza en este mundo nuestro», señaló en su homilía. El Santo Padre afirmó que «Cristo nació en un establo y no en los palacios de los reyes», y denunció que la Navidad se ha convertido en una «fiesta del comercio cuyas luces esconden el misterio de la humildad de Dios». El Papa concluyó exhortando a los fieles a celebrar esta fiesta renunciando a la obsesión «por lo material, mensurable y tangible» y pidió por «todos aquellos que tienen que vivir la Navidad en la pobreza, en el dolor y en la condición de emigrantes, para que aparezca ante ellos un rayo de la bondad de Dios».

La Misa del Gallo comenzó con el anuncio del nacimiento del Señor con la lectura del antiguo texto de las Calendas y siguió con un homenaje floral ante la imagen del Niño Jesús realizado por niños de diferentes naciones. Mirando una imagen del recién nacido, el Santo Padre dijo que «la Navidad es la manifestación de Dios como niño para oponerse a toda violencia y llevar un mensaje de paz a todo el mundo».

Por tercer año consecutivo esta celebración navideña de la Misa del Gallo tuvo lugar a las diez de la noche hora local y no a medianoche, para evitar fatigas a Benedicto XVI, que tiene casi 85 años. El Pontífice llegó al templo en una plataforma móvil que ya utiliza desde hace unos meses y que le ayuda a desplazarse por la larga basílica de San Pedro durante las celebraciones litúrgicas.

 

Oraciones por la paz
Benedicto XVI imploró en su mensaje a Dios para «que haga cesar la violencia en Siria, donde ya se ha derramado tanta sangre. Que favorezca la plena reconciliación en Irak y Afganistán y que dé un renovado vigor a la construcción del bien común en el norte de África y en Oriente Medio».