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Trucos que dan para vivir

«Miguelillo» ha sabido labrarse un nombre en la magia desde Zamora y prosperar, como autónomo, de la mano de su empresa «Directo al Corazón Producciones»

Trucos que dan para vivir
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Valladolid- «Miguelillo. Nuestro mago más pillo». Así es presentado en Castilla y León Televisión, donde colabora de manera habitual, en el programa de Cristina Camell. Este mago trotamundos, residente en Zamora desde hace años, es el ejemplo de todos aquellos artistas que recorren la geografía de Castilla y León -aunque no únicamente- y que saben afrontar la crisis colocando una sonrisa en aquellos que ven sus actuaciones.
Copropietario de la empresa de representación de artistas y organización de actividades culturales «Directo al Corazón Producciones», Miguel Romero «Miguelillo», es un empresario hecho a sí mismo. Tras residir en Barcelona, Palencia, Madrid y Salamanca, señala que «Zamora es un gran pueblo, un lugar donde se vive muy, pero que muy bien». De la ciudad del Románico no quiere irse. Allí precisamente ha llevado a cabo uno de sus proyectos más interesantes: «Noches de humor en el Castillo», que reunió espectáculos cómicos con un éxito importante, y que espera repetir el próximo verano.
Asegura que ha pasado la etapa de viajar, pero ya está preparando la maleta para marcharse el día 9 a Liverpool y Manchester, en Inglaterra, donde participará en el Showzam Festival. «Estuve el año pasado como visitante, les he enviado una propuesta y les ha gustado», afirma. «Allá que voy». En esos recorridos internacionales, cita con cariño trabajos en Argentina o Brasil, aunque bromea diciendo que «los magos no somos como los futbolistas», al rememorar que en espectáculos por todo el mundo puede encontrarse con numerosos españoles, «pero de eso nadie se entera, pese a que se defiende de una forma digna y colosal el trabajo español».

En Haití
De toda esta etapa profesional, remarca que las actuaciones que guarda con más cariño son la que protagonizó en Haití hace dos años, después de que se produjese el devastador terremoto que asoló el país americano. «Fue algo muy sentido; había mucha emoción en el ambiente», recuerda nuestro mago.
Pero su trabajo es variopinto, desde actuar en hospitales a estar presente en una cárcel. Para niños y mayores, si bien, «Miguelillo» reconoce tener un mayor respeto al ponerse delante de un niño. «Ya lo dice el refrán, que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, y es cierto. Los adultos, por educación, si no disfrutan, no te ponen mala cara. Un crío, sí».

De atleta a mago
La vocación de «Miguelillo» nació, «sin querer». Comenzó a actuar para su entorno pero no se lanzó. «No me atreví, o no sabía como hacerlo», explica. Estudió Educación Física y empezó Psicología, en Salamanca, hasta que, señala, «llega un momento, un día, en el que te das cuenta de que te has comprado una casa y ha sido a través de la magia».
«Miguelillo» rechaza esa idea del artista siempre asociado a lo bohemio. «Yo tengo una vida de lo más convencional, en unos meses voy a casarme y disfruto de mi entorno y mi familia. Puedo tener un amigo que arregla tuberías, otro cura enfermos y yo hago magia... soy un tipo corriente».
En cuanto a su experiencia como autónomo, asegura haber «tenido que pasar por el aro, como todos», porque, lamenta, «todo son pegas y dificultades, incluso a la hora de pagar impuestos». Un empujoncito para estos trabajadores. Esto es lo que reclama «Miguelillo» quien reconoce que la empresa que dirige junto a su compañero David, sí ha recibido ayudas, por ejemplo, para contratar de forma indefinida a otra persona. Si bien, considera que «hay que apoyar más a quien quiere montar un negocio». Por otra parte, denuncia que con el cobro atrasado de facturas, se genera «un problema serio». Su asequible caché le ha permitido incrementar trabajo, algo que achaca a que ofrece «un producto muy comercial, cercano a la gente y sin vender humo».


De cerca
«Miguelillo» trabaja duro. Con su empresa de eventos se ‘patea' Castilla y León, lo que le ha dado pie a conocer a mucha gente. Por ejemplo, los televisivos Quequé y Sara Escudero -también castellanos y leoneses-, con quienes llevará a cabo actuaciones este año en Miranda de Ebro, Soria, Laguna de Duero y Medina del Campo. Tras haber completado muchos viajes, dice que prefiere «trabajar cerca de casa y estar con la familia». Apuesta por reinventarse: «ahí entra tu valía personal». Y detesta las actuaciones nocturnas, porque «se dan en un contexto extraño», aunque, «si me toca hacerlas, las haré».