Mishima en carne viva

Mundo, demonio, trascendencia, muerte y carne fueron los conceptos que atravesaron la obra del mejor autor japonés –y sólo nipón– de todos los tiempos. Pero, la mayor desgracia de Mishima fue el propio Mishima. Autor prolífico, performero –escenificaría su propia muerte–, narcisista, bodybuilder, políticamente controvertido, occidentalofóbico, exhibicionista y fundador del Tate-no-kai –«sociedad paramilitar del escudo» que no usaba armas pues estaban dispuestos a morir sin matar, como una adarga humana para proteger con su cuerpo la vida del Emperador–. No quiero volver a incidir en su eventración o seppuku (su acto final), aquella mañana de noviembre de 1970... El cineasta Paul Schrader plasmó su punto de vista onírico en «Mishima. Una vida en cuatro capítulos» –al igual que «Dune», de Lynch, sólo es apta para quienes estaban inmersos en la intrahistoria del autor–. Incluso quien esto escribe no pudo sustraerse a su magnetismo y su pasión por los rincones oscuros, abundando en su vida y obra a través del poemario «Mishima, locura para el mundo». Trazada tamaña génesis estamos ante un escritor todo-terreno con una cartografía perfectamente definida: sexo, muerte, pasión, carne, clasismo, apariencia y contraposición entre Occidente y Oriente.... De esto trata esta obra inédita en España –publicada por el autor en 1963 y traducida del japonés por Carlos Rubio–. Con dos adaptaciones cinematográficas: una, bajo la lente de su compatriota Ryo Kinoshita, y otra por Benoît Jacquot.

Tokio de los setenta. La población se divide en dos tribus sociales: los nostálgicos del Japón tradicional y quienes practican las costumbres que las clases acomodadas emulando a Occidente. Taeko pasa su vida teniendo aventuras amorosas con nuevos ricos hasta que emprende la seducción del camarero de una discoteca gay. No saldrá como ella ha planeado pues el joven oculta ambiciones brunas y comenzará a arrastrarle hacia más allá de lo imaginable. Obra menor de un autor mayor que supera con creces cualquier texto de los mejores en sus momentos menores.
 

Sobre el autor El autor se colocó en un lugar preferente la segunda generación de escritores de posguerra. Fue propuesto para el Nobel
Ideal para... conocer las reticencias de un Japón de posguerra respecto de Occidente
Puntuación 9