Ciudad del Vaticano

Gaiteros de honor para el Papa

Benedicto XVI se encuentra hoy con la Reina de Inglaterra en Escocia, donde apenas un 5% de la población se muestra crítica con el viaje

El Papa busca en Reino Unido relanzar el diálogo con los anglicanos
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Este año se cumplen 450 desde que el Parlamento escocés negó toda autoridad espiritual al Papa, prohibió la misa católica en Escocia y John Knox fundó la Iglesia Nacional de tradición presbiteriana. Pero el aniversario de tan importante hecho está pasando desapercibido: el acontecimiento del año, para desconcierto de los protestantes locales, es la llegada hoy del Papa de Roma, Benedicto XVI, que después de encontrarse con la Reina Isabel en Holyroodhouse recorrerá Edimburgo mientras las gaitas tocan el emocionante himno «Highland Cathedral» con motivo de la fiesta de San Niniano, el obispo evangelizador de los bárbaros pictos en el siglo V. Los escoceses hoy ya no son ni bárbaros ni presbiterianos: la Iglesia Nacional de Escocia abandonó hace tiempo el puritanismo. El año pasado decidió en su Asamblea (por 326 votos contra 267) que era perfectamente ejemplar tener como párroco a Scott Rennie, homosexual activo, que estuvo casado cinco años con una mujer, tuvo una hija, se divorció y anunció su relación sexual con otro hombre. De ser la iglesia hegemónica, los herederos de John Knox ya sólo cuentan con unos 464.000 fieles y a la baja, mientras el catolicismo, que antaño sólo sobrevivía (sin clero y perseguido) en islas gaélicas como Barra y Uist, cuenta hoy con 667.000 fieles y crece con la llegada de inmigrantes (jóvenes y fértiles) en una sociedad envejecida como la escocesa.

Según una encuesta del Opinion Research Business, apenas un 5% de escoceses se muestra crítico con la visita papal. Son básicamente grupos fundamentalistas protestantes o ateos. Los primeros intentarán algún acto de protesta en Glasgow dirigidos por el reverendo Ian Pasley. Los segundos prefieren centrarse en Londres, y han publicado un manifiesto de unas 50 firmas de personalidades acusando al Papa de ser poco menos que el mal encarnado. La recepción de hoy a ritmo de gaita de la población de Edimburgo y Glasgow (donde se esperan 65.000 peregrinos en la misa) marcará el inicio de este viaje de cuatro días.


«Es un día grande»
En las clases de St. Mary School se respira entusiasmo. Es una escuela de Primaria, unos de los 18 centros católicos de Edimburgo. «Es una ocasión especial, un día grande y hay que celebrarlo por todo lo alto», afirma Ellen Leggate, la directora del colegio. A pesar de que algunos medios han dado a entender que no hay demasiado entusiasmo, Leggate opina que ayer en la ciudad ya se respiraba mucha emoción. Muchos de sus estudiantes salen hoy a las calles escocesas a recibir al Pontífice. Los más pequeños seguirán el recorrido por pantallas de televisión. Las banderas y los pósteres ayer estaban ya preparados. Informa Celia Maza