Qué quieres que te diga

Contentos están algunos clásicos del PSOE de Castilla y León con su nuevo líder. Don Óscar López sabía donde se metía pero tal vez no apuntaba con claridad a las guerras que, por otra parte, existen en toda organización política importante. También en la de Castilla y León. A ese problema, el de las disputas -a veces hasta infantiles- se añade la dificultad de coronar una cumbre que si para el diputado por Segovia parece un ochomil, para los populares se queda en el Pico Almanzor. Más comedido. El caso es que Óscar López se muestra como un líder serio -a veces demasiado-, al que aún le queda ganar cercanía y como hacen los grandes amigos, disimulando hasta lo que disgusta. Los malos días los tenemos todos, pero un político debe mostrar sus dotes de intrepretación. En fin, que no es fácil. Nadie dijo que lo fuese a ser. Sí, porque León siempre ha empujado mucho en el PSOE, y con la línea de alta tensión Sama-Velilla, los cuchillos han estado en alto. Están en alto. Y López no está siendo del todo claro, porque considera -en ello tiene razón-, que quien tiene que decidir es el Gobierno. Las vueltas que da la energía, ¿verdad? La tesitura es la que ha tenido que padecer -aunque el crédito se agota- su líder nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se ha visto abocado a hacer aquella pregunta: «¿qué quieres que te diga?» Y el asesor de turno le dice lo que el público pide, como en un bodrio de show televisivo. Poco pan y pésimo circo, porque las masas lo que piden en este momento es soluciones, no dilación y dejar pasar el tiempo sin respuestas. Aunque, eso sí, a López no se le puede negar ganas de agradar, con anuncios -las más de las veces- positivos. Ya sólo falta que se materialicen.