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Rajoy lastra el debut de Rubalcaba con un recordatorio de su legado

Rajoy lastra el debut de Rubalcaba con un recordatorio de su legado
Rajoy lastra el debut de Rubalcaba con un recordatorio de su legadolarazon

MADRID-Primera cita parlamentaria tras la sesión de investidura y primera conclusión: al PSOE le costará tiempo desprenderse de la pesada losa de su gestión para que su labor de oposición empiece a ser creíble. La herencia recibida está demasiado reciente y sobre todo muy presente en la memoria colectiva, por lo que los socialistas tendrán que esperar algo más de mes y medio para empezar a reprochar al Ejecutivo de Rajoy lo que ha hecho o dejado de hacer. El primer y doble intento de ayer fue baldío. Primero, en el debate monográfico sobre el último Consejo de Europa. Después, en la primera sesión del control al Ejecutivo.

Un Mariano Rajoy seguro de sí mismo puso en entredicho cada reproche del recién estrenado líder de la oposición, pero viejo conocido del Parlamento. Si un voluntarioso Rubalcaba recriminaba la subida de impuestos que el PP negó en campaña electoral, el presidente le sacaba los dos puntos más de déficit que se encontró bajo las alfombras de La Moncloa; si le acusaba de retrasar los Presupuestos con un fin electoral; el jefe de Gobierno le recordaba que los de 2011 están prorrogados por voluntad del PSOE y si amagaba con romper el pacto constitucional previo a la Ley de Estabilidad le leía la letra de lo firmado. En resumen, que a Rubalcaba le llevará un tiempo asentarse como líder de la oposición, pero mucho más desprenderse del legado Zapatero.

Así que en su primer cara a cara parlamentario, Rajoy y Rubalcaba se acusaron mutuamente de minar la credibilidad de España y engañar a los españoles durante la reciente campaña electoral. El jefe de la oposición le afeó al del Gobierno que negara hasta llegar a La Moncloa la subida de impuestos que luego aprobó y éste le recriminó que dijera que se iba a cumplir el objetivo de déficit. «Lecciones, las imprescindibles», le espetó Rajoy a su adversario después de que Rubalcaba dirigiera sus ataques a la línea de flotación del argumentario del Gobierno: la confianza que precisa España.

«Tenga cuidado con los micrófonos no vaya a ser que los ciudadanos piensen que sólo es sincero cuando no le escuchan», le soltó Rubalcaba en alusión al «vivo en el lío» que le dijo a Artur Mas o a «la reforma laboral me costará una huelga general» que le captó una cámara indiscreta en el Consejo Europeo. También hizo mofa con que no genera confianza que los ministros del Gobierno «se peleen» o se contradigan, por mucho que lo hagan en diferentes idiomas y eso le dé «cierto carácter internacional». El presidente ironizó con la «gran altura» del discurso de su oponente y se congratuló de que ya no tenga responsabilidades de Gobierno.

Antes de la de Rubalcaba, el presidente había respondido a una pregunta de José Luis Centella, del grupo Izquierda Plural, sobre la reforma laboral, un asunto que ya había salido en el debate sobre la cumbre europea. Aún así Rajoy le dijo que la reforma le gustará y que, por tanto, esperaba su apoyo, algo que no debió gustar al diputado pues auguró que el Gobierno no podrá evitar que la gente «responda en la calle» para reclamar sus derechos laborales.

 

El enemigo de Merkel
Defiende al gran rival de la canciller

En su intervención ayer en el Congreso, Rubalcaba remarcó su postura contraria a Angela Merkel y reclamó un «cortafuegos» en Europa para cuando haga falta. El secretario general del PSOE, por el contrario, se muestra partidario de las medidas defendidas por el líder del partido adversario de la canciller, Frank Walter Steinmeyer. Principalmente, en la tendencia del socialdemócrata de culpar a los bancos y al sistema financiero de tener más poder que el Estado, y en la necesidad de anteponer la política a los mercados con el fin de conseguir una mayor intervención gubernamental en la economía.