Objetivo: salvar la Navidad

Madrid- En el calendario de la NBA hay varias fechas marcadas en rojo. Una de ellas es el día de Navidad. El Sindicato de Jugadores y la patronal siguen con sus conversaciones con el objetivo de que la temporada arranque antes de los clásicos «Christmas Games». Los jugadores rechazaron la última oferta de los propietarios –el 50-50 en el reparto de beneficios– y a última hora de ayer emprendieron una nueva reunión para acercar posturas. Las posiciones no son tan lejanas. El sindicato está dispuesto a aceptar un reparto entre el 52 y el 51 por ciento, seis puntos menos de lo que tenía en el anterior acuerdo, a cambio de lograr compensaciones relacionadas con el nuevo convenio, el sistema salarial, los tipos de contratos y exenciones. Esa rebaja en el reparto de los beneficios directamente vinculados con el baloncesto es la baza a la que se agarran los optimistas para pensar que las negociaciones pueden acabar con el «lockout».

La reunión que se celebró en la madrugada de ayer llegaba marcada por las graves acusaciones entre el abogado Jeffrey Kessler, que representa a los jugadores, y el comisionado David Stern. «En lugar de tratar a los jugadores como socios, los tratan como si fuesen trabajadores de una plantación», denunció Kessler. «La conducta de Kessler es habitualmente despreciable», respondió el máximo responsable de la Liga. Tras las acusaciones, Kessler, presionado por los jugadores y antes de la reunión, pidió disculpas. Fue el primer paso en el acercamiento de posturas después del incendio provocado por las declaraciones. Los jugadores son muy conscientes de que los plazos se agotan y de que los partidos del día de Navidad son uno de los grandes activos en la primera fase de la Liga. El optimismo antes de la reunión incluso llegó a los jugadores emigrados a Europa. Muchos de ellos recibieron mensajes en relación a que el final del cierre patronal estaba cerca.