Los barones aparcan ante Zapatero el debate sucesorio

MADRID- Sólo habló el andaluz José Antonio Griñán que, convertido en portavoz ocasional del PSOE y a preguntas de los periodistas, dio por hecho que el secretario general no desvelará su decisión hasta después de las autonómicas. Las palabras del presidente andaluz pretendían, quizá, acallar los rumores que especulan sobre la inminencia del «deseado» anuncio.

Orillado ayer en todo caso el debate sucesorio, Zapatero se centró en explicar el alcance y el calendario de las reformas pendientes. Y los barones dieron su cerrado apoyo a la acción del Gobierno, a sabiendas del desgaste electoral que acarrea. De ahí que entre todos se conjuraran para explicar las impopulares medidas. Salieron con la impresión de que, en la reforma de las pensiones y la negociación colectiva, hay caminos de acercamiento con sindicatos y empresarios.

Hubo reflexiones sobre el debate del modelo autonómico, en especial para alertar de que podría estar en juego el Estado de Bienestar. «Nos preguntamos –dijo Griñán– si quienes impugnan el Estado de las Autonomías en realidad lo que pretenden es impugnar la educación, la sanidad y la dependencia». De la reunión salió un compromiso de los barones con la austeridad, pero el rechazo rotundo a entrar en el debate «demagógico» y del «chocolate del loro» en el que pretende entrar el PP. Todo esto después de que Zapatero reconociera ante el PSOE que fuera de España no se entiende el modelo autonómico.