Caso Bretón
Un psicópata peligroso por Juan David López
En el caso Ruth y José, debemos recalcar el inquietante hecho delictivo cometido por José Bretón. No estamos ante cualquier tipo de delito, ni ante cualquier tipo de persona, ya que hablamos de un delito de asesinato por partida doble sobre dos menores de 2 y 6 años.
No hay que entender mucho de psicología para tener claro que este tipo de individuos como José Bretón, que son capaces de llegar hasta tal punto, no deben encontrarse en su sano juicio. Con ello no quiero decir que haya actuado en un momento de trastorno de personalidad, sino que se trata de un psicópata capaz de continuar delinquiendo.
El objetivo de las penas privativas de libertad es la reinserción del recluso, pero también hay que atender a cada caso, no debiéndose generalizar tal concepto. No todos los reclusos son capaces de reinsertarse en la sociedad al mismo tiempo. Por ejemplo, aquéllas personas que cometen delitos de pederastia están obsesionados con los menores, enfermos, o como queramos llamarlos, que con el simple hecho de cumplir la condena aplicable no estarán preparados para reinsertarse en la sociedad. Por ello se les debería aplicar la cadena perpetua revisable como custodia de seguridad, para así evitar una nueva comisión delictiva, intentando asegurar que cuando el reo sea puesto en libertad, se haga con la certeza de que no volverá a cometer el mismo delito. Tener claro que la cadena perpetua revisable está prevista para reincidentes en delitos terroristas, de asesinato, sexuales o de tráfico de drogas, o para quienes cometan por primera vez una pluralidad de esos delitos. La cadena perpetua revisable será de «duración indefinida» aunque podrá ser revisada después de que el delincuente haya pasado un mínimo de entre 25 y 35 años en la cárcel, dependiendo del delito.
Creo dejar clara mi postura sobre la cadena perpetua revisable, con lo anteriormente expresado, debiendo ser instaurada lo más pronto posible para evitar más casos como el de Ruth y José, dos niños inocentes que han perdido la vida a manos de su padre, si así puede llamarse.
Alguien que es capaz de asesinar a sus propios hijos puede ser capaz de cualquier cosa. Además toda la premeditación y estudio que conlleva el caso dejan en evidencia que no hablamos de un asesino sin más, habiendo demostrado tener una cualificación excelente, considerándolo por tanto, un reo de condición altamente peligrosa.
Apliquemos la cadena perpetua revisable al caso Ruth y José, para evitar que José Bretón con su personalidad obsesiva y posesiva hacia su entorno mas allegado, pueda acabar con la vida de más personas, así como lo ha hecho con sus propios hijos, pensando que al ser su padre tenía derecho a disponer de sus vidas.
Juan David López
Primo de Ruth Ortiz
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