Aragón
El PSOE se desangra y Rubalcaba enmudece
El número uno, que no valoró anoche los resultados y tampoco lo hará hoy, no se plantea la dimisión
Madrid- El milagro que esperaban en la calle Ferraz no llegó y Rubalcaba enmudeció. Óscar López, el número tres del PSOE, fue el único que salió circunspecto y deprimido a valorar los pésimos resultados en la deprimida sede federal, donde llegaron los ecos de la dimisión que en las redes sociales pedían de su secretario general. No lo hará. Así lo confirmó el secretario de Organización. Y eso que el fracaso fue clamoroso. En Galicia los socialistas gallegos perdieron siete diputados y en Euskadi, los vascos retrocedieron 9 escaños.
Pero Galicia era la clave, mucho más que el País Vasco. Allí empezó hace tres años el ascenso de Rajoy y allí pensó Rubalcaba que podría empezar el declive del presidente del Gobierno. Erró. Feijóo aguanta el presumible desgaste del PP. Y el escenario que se abre, por el contrario, para los socialistas tras este 21-0 ahonda en la histórica derrota de hace un año y dibuja un panorama poco halagüeño para Rubalcaba. El resultado no calmará, como deseaban en la dirección federal, las procelosas aguas del PSOE, ni servirá para dar por consolidado el liderazgo del secretario general ni mucho menos para validar una estrategia de oposición . Todo lo contrario.
Volverán las críticas internas, las voces que clamen por adelantar la elección en primarias del candidato a las generales, los aspirantes que perdieron y nunca se fueron… Es cíclico. El PSOE acostumbra a pasar de la euforia a la depresión en un abrir y cerrar de ojos. Así que el guión está escrito porque si las elecciones andaluzas y asturianas dieron un balón de oxígeno a un Rubalcaba recién elegido secretario general del PSOE, las de anoche llevarán a la confrontación y la crisis, seguro.
De momento, anoche, la dirección federal hizo oídos sordos al clamor de las urnas. Rubalcaba no salió a valorar los resultados, y tampoco está previsto que lo haga hoy después de la reunión de la Comisión Permanente, que no Ejecutiva, ya que ésta no ha sido convocada, por muy sorprendente que parezca. Le lloverán también las críticas por esto.
Es verdad que su liderazgo orgánico no se cuestiona abiertamente, pero también que todos los barones a los que se pregunta encuentran motivo para el reproche. La desmovilización de la militancia que retrataban todas las encuestas ha quedado acreditada con el resultado de las urnas. Así que si no cambia el rumbo y también el equipo puede que esta vez sí Rubalcaba esté al final de su tiempo político. De momento, quienes le apoyaron en el Congreso Federal ya no le ven como una opción segura para el cartel electoral de 2015, y ayer se sucedieron las peticiones de dimisión en las redes sociales. El debate, desde luego, está abierto, y hoy más que ayer después de que las urnas hayan certificado que el PSOE pasa a la irrelevancia y que aún no ha tocado fondo. Ya hay barones que piden cuanto antes cambios en las caras y también en la estrategia. Pero este no es el momento. Habrá que esperar a una nueva debacle, que se da por descontada, la de las elecciones catalanas. La Conferencia Política tendrá que celebrarse en el primer trimestre de 2013 y ahí es donde los socialistas librarán un verdadero debate ideológico y pondrán fecha a la celebración de las primarias. Habrá, seguro, varios candidatos. Empieza el baile. Y apuesten, porque no se equivocan, algunos son los mismos que sonaron para la secretaría general.
EL EXPERTO; Lorente Ferrer Sociólogo
El PSOE ya sufrió en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011 un importante correctivo en las urnas. Perdió los gobiernos de Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura. Hoy en día se mantiene, pero con gobiernos de coalición, al frente de las comunidades de Andalucía, Asturias y Canarias, tras la pérdida del País Vasco. En las elecciones locales perdió 7,1 puntos porcentuales, pasando del 35,6% de 2007 al 28,5% de 2011, mientras que los populares mejoraban en 2,2 puntos porcentuales, avanzando del 36,5% al 38,5% de los votos. La distancia porcentual entre el PP y el PSOE pasaba a ser de 10,0 puntos favorable al PP. Seis meses más tarde tuvieron lugar las elecciones generales, en las que el PSOE perdió 15,2 puntos porcentuales, bajando del 44,4% obtenido en 2008 al 29,2%. Los socialistas redujeron su electorado a 2/3 partes. Al mismo tiempo, los populares pasaban del 40,4% al 45,2%, avanzando 4,8 puntos porcentuales. El episodio de Galicia y País Vasco sigue la pauta de lo sucedido en los anteriores procesos electorales: caída del PSOE . Y Cataluña en noviembre, con otro pronosticado descenso del PSC, cerrará el ciclo que se inició con las elecciones del 25-M en 2011. Por lo tanto, el panorama electoral quedará despejado a partir de noviembre hasta mayo de 2015, cuando se celebren las elecciones locales y buena parte de las autonómicas. Será entonces el momento de comprobar si el PSOE ha tocado suelo o continúa su caída.
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