Villaverde

El vía crucis de Rosalía

Dicen las estadísticas que la edad media de la mujer maltratada en Madrid es cada vez más baja. Rosalía, por tanto, de 77 años, no estaba dentro del perfil de las mujeres que mueren a manos de su pareja, sin embargo, ayer fue degollada por su marido, Casimiro R.R, de 79 años, en su propia casa.

El cuerpo de la fallecida fue trasladado ayer al Anatómico Forense para practicarle la autopsia. El agresor permanece ingresado en el Ramón y Cajal con pronóstico reservado
El cuerpo de la fallecida fue trasladado ayer al Anatómico Forense para practicarle la autopsia. El agresor permanece ingresado en el Ramón y Cajal con pronóstico reservadolarazon

Nunca había denunciado que fuera maltrada por su esposo que, tras clavarle un cuchillo en el cuello, intentó acabar con su vida clavándose un arma blanca en el abdomen. A continuación, el homicida llamó por teléfono a su hija para contarle lo sucedido. La única hija viva del matrimonio acudió al domicilio desde el trabajo y llamó a Emergencias 112 sobre las 18:45 horas. «Mi padre ha matado a mi madre. Está enfermo de depresión», alcanzó a decir. Cuando a los pocos minutos de la llamada de auxilio, los sanitarios del SUMMA llegaron a la vivienda, situada en el número 14 de la calle Nuestra Señora de Begoña en Villaverde, se encontraron el cuerpo de Rosalía sin vida y a su agresor herido por arma blanca. Casimiro fue trasladado al Hospital Gregorio Marañón, donde al cierre de esta edición permanecía ingresado con pronóstico reservado.

 La vida de Rosalía nunca fue fácil. «No se le veía nunca, siempre estaba en casa porque era muy gruesa y un dolor en las piernas no le dejaba moverse con facilidad. Él hacía todos los recados de la casa», se lamentaba ayer una de las vecinas del barrio.

El matrimonio tenía tres hijos, dos de los cuales habían fallecido hacía años. Primero, el único varón, que murió tras una vida sometida a las drogas. Tras esta pérdida, Rosalía y Casimiro tuvieron que enfrentarse a una otra tragedia: la menor de sus hijas falleció por ingesta de pastillas. El agresor cayó en depresión y la víctima dejó de salir de casa.