Asturias

Rajoy acepta que Álvarez Cascos sea el candidato por Asturias

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MADRID- El círculo que lleva al regreso a la política de Francisco Álvarez Cascos parece ya cuadrado, aunque oficialmente no haya más pronunciamiento que el de recordar el calendario para aprobar las candidaturas para las autonómicas y municipales. El 22 de enero de 2004, dos meses antes de las generales, el entonces ministro de Fomento anunciaba su retirada para ligar su futuro político al de Aznar. Finalizaban 22 años de dedicación parlamentaria que coronaban en el éxito electoral de 1996. A Rajoy y a Álvarez Cascos no se les conoce una relación estrecha, ni en los tiempos en los que el segundo era el «todopoderoso» secretario general ni cuando coincidieron en el Gobierno. Pero la fuerza de los hechos, la posición del PP asturiano, puede más que esa distancia o que los recelos que el nombre de Cascos, un genuino «pata negra», provocan en el «marianismo». El presidente del PP regional, Ovidio Sánchez, trasladó de manera casi oficial esta semana a Rajoy la petición de que Cascos sea el candidato. Fuentes de la dirección confirmaron ayer que Rajoy no se opondrá si no provoca una fractura interna. Con el ex ministro está la mayoría, aunque sigue activo en su contra ese sector del PP de Gijón que representa Pilar Fernández Pardo y que aglutina juntas locales fuertes como la de Gijón y Avilés. Recelos internos, haberlos haylos, pero a día de hoy Génova no les reconoce entidad suficiente como para considerarlos irresolubles. El verdadero problema del PP asturiano es ganar al PSOE. Desde 1999 el socialista Álvarez Areces es el presidente del Principado. Eran tiempos en los que el PP atravesaba una división muy fuerte de la que consiguió un plus de votos no afines al PSOE. Pero la situación se ha normalizado y, como reconocen en las filas socialistas, ganar en Asturias es «complicado» porque en buena medida sus triunfos han sido fruto de los errores del PP. Que Álvarez Cascos puede ser un caballo ganador no lo discute nadie, aunque a algunos les moleste tener que recurrir a ese «pasado» que el «marianismo» prefería enterrar. Rajoy asume la candidatura de Cascos, pero hasta ayer no habían intercambiado impresiones. «Yo sigo en mis asuntos del día a día. No hay novedad», explicaba ayer el ex ministro a este periódico. «No tenía ninguna noticia. Me la has dado tú», añadía, en coherencia con su estrategia de dejarse querer y representar que él no se mueve hasta que no se lo digan. Pero las posibles dudas sobre si de verdad quiere volver las despejaba en una conversación informal con LA RAZÓN a principios de marzo: «Sólo reconsideraré la decisión de abandonar la política si Rajoy me lo pide». Y a Rajoy ya le han dicho que se lo pida.