La industria cultural tacha al Gobierno de «cobarde»

Antonio María Ávila, director de la Federación de Gremios de Editores de España, calificó este segundo frenazo que sufrió ayer su reglamento de «deplorable. No sé quién es el responsable de que esto haya pasado. Doy por supuesto que no ha sido la ministra de Cultura, que se ha ocupado personalmente de que nuestro país dejara de igualarse con los "piratas"y elevarlo a la categoría de civilizado. Así, una parte del Gobierno ha demostrado una profunda cobardía y ha permitido que los que dan voces más altas se lleven el gato al agua», aseguró. Sobre el peso que haya podido tener José Blanco en este tema, el presidente del Gremio de Editores dijo que «es una demostración de que no se puede dirigir un país sino se tienen los estudios suficientes. Yo le ruego la PSOE que busque dirigentes competentes porque con Blanco nunca será un partido serio», sentenció.

Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles, también acusó al Gobierno de «ser incapaz de convertir una ley en algo eficaz. El primer mandato del Ejecutivo es, de hecho, conseguir la eficacia de las leyes que aprueba el Parlamento. Resulta desconcertante, un fracaso absoluto de este Gobierno, que sólo tenía que dar un paso puramente técnico. Además, este asunto da una imagen muy poco seria», añadió. Como Ávila, el presidente de los productores defendió el papel de la ministra de Cultura y del presidente. «No tengo ninguna duda de que el presidente y González Sinde han hecho lo que han podido. No deja de ser extraño que se haya producido este vacío. Pero, lo que está claro es que el Gobierno no ha actuado con responsabilidad ni en defensa del interés general, sino en clave de un partido que esta en un proceso congresual».

Para Antonio Guisasola, presidente de la Asociación de Productoras de Música, el panorama planteado por esta decisión es tan desolador como para los representantes del sector del libro y del cine. «Éste es el colofón a un proceso desastroso de un Gobierno cobarde. Han preferido buscar réditos políticos en lugar de defender a un sector que, dadas las circunstancias, necesita protección. Nos han engañado, todo ha sido una mentira. Han primado el interés particular sobre el general». Guisasola también quiso exonerar de esta acusación a González Sinde. «Sólo salvo a la ministra. Soy consciente de que ha hecho todo lo que ha podido», sentenció.