País Vasco

El Supremo prohibe poner carteles de etarras «si se hace apología de los verdugos»

El Tribunal Supremo asegura que exhibir fotos de etarras es delito si se hace como "apología de los verdugos", en referencia a los terroristas que llevan a cabo "asesinatos, estragos, extorsiones y amedrentamientos"con el fin de conseguir la independencia del País Vasco. Así se afirma en una sentencia de la Sala de lo Penal del Supremo, que rechaza el recurso de dos condenados, uno de ellos exconcejal de ANV, que incluyeron fotos de etarras en un programa de fiestas de Guernica (Vizcaya).

Los hechos tuvieron lugar en las fiestas de 2009 y fueron protagonizados por Javier Etayo Larrainzar y Jesús María Alberdi Arrizabalaga, este último concejal de Fiestas por ANV. Ambos colocaron en el programa de festejos fotos de diez etarras con el texto "no podemos ser nada sin ellos". También se incluía otra instantánea del etarra Jon Anza con las palabras "¿secuestrado?, ¿torturado?, ¿asesinado?".

La Audiencia Nacional condenó a Etayo y a Alberdi a un año de prisión cada uno por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Ambos condenados decidieron recurrir al Supremo, al entender que se había vulnerado su derecho a la libertad de expresión.

"Exterminio del disidente"
A este respecto, el Alto Tribunal replica que la Constitución española "no impone un modelo de ‘democracia militante'"ni requiere "el respeto ni la adhesión al ordenamiento jurídico". Sin embargo, los magistrados sostienen que "nada que ver con esta situación es la alabanza de los actos terroristas o la apología de los verdugos".

Según el Supremo, "la opción independentista puede y tiene cabida y legitimidad dentro del pluralismo político", lo cual es distinto de que se traten de "imponer"estas tesis "con el indisimulado propósito de exterminar el pluralismo político mediante los más graves actos de aterrorización social".

"Esta consciente confusión entre la opción independentista y el exterminio del disidente", argumentan los magistrados, "tiene una de sus manifestaciones más claras en la atribución a los terroristas de ETA la condición de ‘presos políticos' por el entorno social que apoya el terrorismo. Se trata de una burda manifestación de la reinvención del lenguaje que constituye uno de los símbolos de la dinámica terrorista, que, en ocasiones, de forma inconsciente y por frivolidad acaba formando parte del lenguaje coloquial, de forma tan acrítica como censurable".

El Supremo indica que debe perseguirse a quienes se sirven de "asesinatos, estragos, extorsiones y amedrentamientos"para imponer sus ideas, y añade que la persecución de estas conductas debe hacerse "tanto a través de la necesaria criminalización y castigo, con graves penas, de esas conductas y sus autores, como mediante su expulsión del mundo democrático del que voluntariamente se han apartado al recurrir al crimen como medio de actuar sobre la realidad política".