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Francia excluye a la OTAN de la «dirección política» de la operación

La coalición internacional propondrá un alto el fuego a los dos bandos

Una manifestante en Venezuela sujeta una pancarta contra el presidente francés, Nicolas Sarkozy
Una manifestante en Venezuela sujeta una pancarta contra el presidente francés, Nicolas Sarkozylarazon

PARÍS, MADRID- Hay entre la diplomacia francesa un cierto aire de triunfo. Y no sólo porque hasta el momento «las operaciones han sido un éxito», como calificaba, entusiasmado, Alain Juppé el resultado de los primeros bombardeos contra el régimen de Muamar Gadafi, aunque el dictador sigue aferrado al poder. También porque, a pesar de algunas fisuras que empiezan a agrietar la unidad de la coalición, los planes parecen estar saliendo según lo previsto por París. Y ayer así lo dio a entender el ministro de Exteriores galo al aseverar que la OTAN «no ejercerá la dirección política» de la coalición internacional que opera en Libia, obviando así las disensiones que a este respecto están emergiendo entre las naciones que participan activamente y que reclaman pasar el bastón de mando a la Alianza.

Aplicar la resolución de Naciones Unidas resulta costoso económicamente, pero además la perspectiva de que el conflicto pueda estancarse, y a lo peor, se eternice crea rechazo.

Sin embargo, lo que París reduce a un papel «técnico» reservando a la OTAN la responsabilidad de intervenir «como instrumento de planificación y dirección operativa de las intervenciones» con el fin de hacer respetar la zona de exclusión aérea, Washington lo califica de «rol clave». Pese a las diferencias semánticas, Sarkozy y Obama estarían de acuerdo, sin embargo, en las modalidades de utilización de las estructuras de la organización.

Las decisiones políticas recaerán en un comité de ministros de Exteriores de los Estados participantes, incluidos los árabes y abierto también a la Unión Europea, la Liga Árabe y la Unión Africana, aseguró Juppé. Un «grupo de contacto» a iniciativa gala cuya primera reunión debería tener lugar el próximo martes en Londres. Objeto de discusión anoche entre franceses, británicos y estadounidenses, el control de los ataques selectivos de las capacidades militares de Gadafi, que el jefe de la diplomacia gala quiere que sea competencia de la coalición y no de la Alianza.

Sarkozy siempre ha tenido claro que no dejaría en manos de la OTAN –como algunos países piden ahora– el mando total de las operaciones. Lo que de cara a los países árabes podría ser interpretado como una guerra más perpetrada por Occidente.

Por otra parte, la coalición internacional demandará a los dos bandos enfrentados un alto el fuego para intentar reconducir la situación del país, según confirmaron fuentes del Gobierno español. Ésta es la conclusión a la que llegará la dirección política de los aliados, en Londres, capitaneada por los ministros de Asuntos Exteriores. Este alto el fuego deberá servir para definir el escenario real que vivirá Libia en un futuro próximo. Es decir, deberá servir para la reconciliación del pueblo libio. Además, el Ejecutivo español no descarta que algún país europeo se haya puesto en contacto con el coronel Gadafi.