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El «Hangar 7» en Salzburgo el símbolo del imperio Red Bull

El "Hangar 7", un complejo de ocio que alberga una galería de arte, un restaurante de lujo y un museo automovilístico en el aeropuerto de Salzburgo, es el símbolo del imperio Red Bull, la marca de bebidas energéticas cuyo escudería dominó este año la Fórmula Uno.

La Razón
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El "Hangar 7"es una instalación futurista en la que el fundador y propietario de Red Bull, el multimillonario austríaco Dietrich Mateschitz, expone su flota de aviones, automóviles de carreras y motos, además de ofrecer un espacio a jóvenes artistas.

Desde fuera, el hangar parece un ala gigante de avión, de 100 metros de largo y 67 metros de ancho, mientras que desde dentro se tiene la sensación de encontrarse ante un firmamento celestial.

Inaugurada en 2003 después de dos años de obras bajo la tutela del arquitecto austríaco Volkmar Burgstaller, el Hangar 7 está compuesto por 1.200 toneladas de acero y 380 toneladas de cristales especiales.

La aeronave más grande de la veintena de aviones expuestos es un histórico DC-6B de los años cincuenta, con una envergadura de 36 metros, una altura de nueve metros y un peso de 50 toneladas. Entre los coches mostrados, destaca uno que lleva el nombre de Sebastian Vettel, flamante campeón de la Fórmula Uno.

"Toro rojo", considerada por algunos como la "Coca Cola"de las bebidas energéticas, se está haciendo con su hangar un hueco en la cultura popular y urbanística de Salzburgo, conocida hasta ahora principalmente como la ciudad natal de Wolfgang Amadeus Mozart.

Unas 200.000 personas acuden a este lugar todos los años, no sólo para visitar las exposiciones itinerantes de arte sino también para cenar en "Ikarus", un restaurante gourmet, o para tomar un café en la cafetería o un trago el Mayday Bar y Carpe Diem Lounge, los dos bares del Hangar 7.

En el centro de la instalación de unos 15 metros de altura se encuentra el plató para un semanal debate deportivo retransmitido en directo por "Servus TV", el canal propio de televisión de Red Bull. La emisora sigue siendo minoritaria en Europa central, pero Mateschitz pretende hacerse en 2011 con los derechos de retransmisión de la Fórmula Uno y de la Copa del Mundo de Esquí.

De lograr este objetivo, significaría con seguridad una baza para la principal marca austríaca, que está valorada en unos 13.000 millones de euros.

"Un imperio de latas"

Red Bull vende por año unos 4.000 millones de sus latas en 160 países, con una facturación estimada de 3.200 millones de euros, de los que un tercio se invierte en márketing, incluyendo unos 600 millones de euros en patrocinio de deportistas. Con esos números a sus espaldas, la compañía se ha convertido en todo un imperio del deporte y del entretenimiento en general.

Su escudería de Fórmula 1, Red Bull Racing, celebró esta semana el histórico título de Vettel, de 23 años, el campeón más joven de la historia de esta competición.

La lista de los deportistas patrocinados por Red Bull llega al medio millar, sobre todo en los deportes de invierno y alto riesgo de todo tipo, pero también de fútbol y hockey sobre hielo. Con los Red Bull Salzburgo y los Red Bulls de Nueva York, el enigmático Mateschitz, de 66 años, que no suele hablar con la prensa, cuenta con dos grandes clubes de fútbol.

Pero las dos escuderías de Fórmula Uno (Red Bull y Toro Rosso) son sin duda las principales joyas de su corona deportiva y empresarial, ya que sus triunfos han aumentado considerablemente la presencia mediática de la marca en todo el mundo.

Además de la televisión, especializada en reportajes y documentales relaciones con el mundo del deporte, el imperio mediático de Red Bull incluye una revista del corazón (Seitenblicke Magazin) y una revista gratuita llamada "Red Bulletin", con una tirada global de 4,3 millones de ejemplares.