Galicia

Felicitaciones y unidad por Carmen Gurruchaga

La Razón
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Ayer fue un día feliz para los populares, reunidos en Génova, debido al triunfo indiscutible obtenido en Galicia por la figura de Alberto Núñez Feijóo y a que no valoraron con dramatismos, sino todo lo contrario, el deficiente resultado de la comunidad autónoma vasca. Porque en Euskadi las claves electorales fueron otras y la derrota llegó propiciada por la vuelta de Bildu al Parlamento vasco, la marea a favor del nacionalismo y el descenso de votos de todas las formaciones constitucionalistas: PSE, PP, UPyD e IU. Así pues, la dirección de los populares considera digna de aplauso la gestión de Basagoiti al frente del partido y resta importancia a las críticas recibidas por quienes afirman que el mensaje tradicional del PP quedó desnaturalizado, por lo que parte de su electorado se sintió huérfano y lo castigó sin darle su apoyo.

En cualquier caso, liderar allí el centro derecha constitucionalista no resulta tarea fácil porque existe el riesgo de pasarse, y perder al votante más moderado, o no llegar y dejar por el camino al más radical. Esto debió de ser lo que tuvo en cuenta la Junta Directiva Nacional al reiterar su apoyo al presidente del PP vasco. En cualquier caso, resultan fundamentales la unidad y la convivencia tranquila entre los dirigentes vascos, aunque a veces no coincidan sus puntos de vista. Además, la victoria incontestable en Galicia no sólo avala rotundamente la gestión de Feijóo en esa comunidad, sino que también le permite a Rajoy apagar ese fuego que insidiosamente había encendido el PSOE al plantear los comicios gallegos como un plebiscito contra las medidas de austeridad del Gobierno. Hasta el punto de que empezó a lanzar el bulo según el cual existían voces internas en el PP, atentas a lo que sucediera en Galicia para buscar el recambio al presidente.

Ahora, si se analiza el resultado desde ese punto de vista, se comprueba que la forma de hacer oposición del PSOE no pudo tener mayor contestación por parte del electorado, por lo que bien podría empezar a hablarse de una sustitución en el liderazgo de ese partido.