Fotografía

Orgullo Vázquez

La Razón
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Se ha desatado un regular bullicio con el tema de la portada de «Interviú» con Jesús Vázquez en pelotas, lo que demuestra por lo pronto un par de cosas. Que los responsables de la publicación han calculado el auge del mercado gay de cara a las celebraciones del día del orgullo, y por otro lado, que el joven presentador, que ya va siendo talludito, se conserva en una aparente forma envidiable. Que una parte del mérito lo tenga el gimnasio y otra el photoshop ya es otro cantar. Pues también hay que admirar el trabajo de los maquilladores pintándole costillares y abdominales hasta dejárnoslo como el Leónidas de Gerard Butler en «300» o un Aznar cuando se pone cachas de playa.Quizá lo que choca es la vuelta de rosca en la tradición de la revista, emblema de una transición que más que con un par de huevos, se hizo con unos cuantos pares de tetas ¿Qué fue de aquel desnudo de Marisol que hizo temblar los cimientos del antiguo régimen? Aunque luego la audacia se convirtiera en costumbre y pago de riñonada para sacar a cualquier famosa con las domingas al aire, ya fuera en pose de amañado descuido o arreglado de estudio. Mercadillo televisivoPor ahí han pasado o posado símbolos de la talla de Lola Flores entre otras grandes, pero últimamente la oferta se presentaba empobrecida a base de sacar concursantes de «Gran Hermano» y demás ganadería del mercadillo televisivo como cuerpos poco gloriosos de todo a cien.Por eso las nalgas de Vázquez puedan ser un modo de revitalizar ventas sin abandonar el reclamo de la carne, un poco como si dijera al público: «¿Te gustan las películas de romanos?». Aunque su destape sea tirando a pudibundo y lo complete destapando su corazoncito donando la caja a los negritos, que es como donar el cuerpo a una buena causa. El órgano ya lo mostró Lequio en otros tiempos viriles. Aquí el orgullo se ciñe a otras exigencias del guión.