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Atenas

«Las griegas no podían ir a las Olimpiadas»

«Las griegas no podían ir a las Olimpiadas»
«Las griegas no podían ir a las Olimpiadas»larazon

 

Con firma propia

Profesión: periodista y escritora.Nació: en 1957 en Madrid.Por qué está aquí: presenta su novela «La curandera de Atenas» (Planeta)

 

-«La curandera de Atenas»: ¿tenía algún remedio para sufrir menos la crisis?-No, ni para la peste que barrió la ciudad. Y ahora Grecia conoce otra peste, la quiebra. La historia se repite y no aprendemos de nuestros errores.

-En aquella Grecia del siglo V a.C. las mujeres no conocían la igualdad...-Eran invisibles desde el punto de vista legal y social.

-¿La mayor contradicción de aquel tiempo contradictorio?-La ciencia y la filosofía brillaban, pero el dominio de la religión y de los rituales era absoluto. Lo racional frente a lo irracional.

-¿Qué más le llamó la atención cuando se documentaba para su novela?-En aquella democracia las mujeres eran ciudadanas de segunda, pero algunas ejercían papeles importantes. Podían ser oráculos: intermediarias entre los dioses y el hombre. Otra contradicción.

-¿Qué podía ser una mujer entonces, aparte de esclava?-Ama de casa, sacerdotisa, pitonisa, curandera. La política les estaba vedada y no podían participar en los Juegos Olímpicos ni asistir como espectadoras.

-Muchas eran hetairas, o sea, cortesanas y prostitutas...-Sí, y algunas fueron famosas e hicieron grandes fortunas. Esa profesión no tenía la connotación negativa de ahora. Eran cultas, refinadas y recibían en sus casas a lo más granado de la sociedad.

-¿Y qué les parecía a las mujeres de entonces que sus esposos fueran...?-No estaba mal visto «ir de hetairas». Además, las esposas no podían protestar.

-Creo que no podían ni heredar...-Sí. Para gozar de una parte de la fortuna del marido muerto, tenían que casarse con el heredero. Sólo tenían poder y fortuna las hetairas.

-¿Diría que han cambiado mucho las cosas?-En el Tercer Mundo, no.

-¿Quién era la Bibiana Aído de aquella época?-Aspasia de Mileto, la amante de Pericles.

-¿Por casualidad había alguna Belén Esteban?-Si la había, no ha quedado constancia. Es lo que pasa con las «belenes», que no quedan en la Historia.

-Alguien ha dicho que hoy Sófocles escribiría telenovelas...-No me extrañaría nada.

-Y Diógenes el Cínico tendría un «reality»...