La eurozona se coloca al borde del precipicio

Sombrío, lúgubre... O los países del G-20 pasan a la acción o el futuro ya de por sí inquietante que la OCDE dibuja para la economía mundial en su último informe con tan dramáticos adjetivos será, ya sin ambages, negro. La actualización de las previsiones de cara a la cumbre que los países más avanzados celebrarán el jueves y el viernes en Cannes no puede ser más inquietante. Según el organismo que dirige el mexicano Ángel Gurría, la eurozona se estancará el año próximo y sólo crecerá un 0,3%, para sólo recuperar cierto vigor en 2013 –1,5%–. Tampoco EE UU, la locomotora económica mundial, anda sobrada y sólo avanzará un 1,8% el próximo ejercicio. Y es que, como asegura el informe, la crisis de deuda europea o los problemas fiscales americanos han acrecentado las incertidumbres sobre la economía mundial y la han colocado en una situación muy apurada que exige medidas. Para empezar, la OCDE cree que la eurozona debe implementar de forma «rápida y contundente» los acuerdos del 26 de octubre porque, advierte, si fallan, el contagio se puede extender a otros países. La solución para la UE, añade, pasa por «romper la relación entre la crisis de deuda y el estrés bancario, negociar con Grecia y asegurar la recapitalización de la banca europea». El organismo, además, sugiere que el BCE debería reducir «de forma notable» los tipos de interés, ahora en el 1,5%, para que el crédito fluya y la economía remonte. En este sentido, añade que todos los bancos centrales deben continuar «suministrando liquidez para rebajar las tensiones en los mercados», ahora secos, especialmente en Europa, por la crisis de deuda soberana.
Aunque el informe no detalla la situación de cada país, Gurría aseguró durante su presentación en París que España ha hecho reformas adecuadas.