Feria de Málaga

Un tarde para la esperanza en Castellón

Parte del éxito habido en la novillada magdalenera fue gracias al ganado. Los utreros de El Parralejo adolecieron de falta de fuerza, pero para el torero fueron excelentes. Al segundo lo premiaron con la vuelta al ruedo.

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Del Álamo (dos orejas y ovación tras aviso) se mostró como un torero hecho, muy puesto y con oficio. Llevó a su primero con mucho temple, no redondeó su actuación al matar mal. El quinto, que le infirió una cornada de 10 centímetros en el gemelo izquierdo, también entendió a la perfección.

López Simón (oreja tras aviso y silencio tras aviso) anduvo vibrante y muy dispuesto con el tercero. Estuvo más espeso con el complicado sexto.

Thomas Dufau (silencio con aviso y oreja) toreó con pulcritud al que abrió plaza y obró una labor que fue de más a menos al cuarto, otro buen novillo.