«Lluvia de aves» en Estados Unidos y Suecia

Los hechos comenzaron con la llegada del 2011. La víspera de Año Nuevo trajo consigo en Beebe (Arkansas) una «lluvia de pájaros». Más de 5.000 ejemplares de mirlos de ala roja cayeron del cielo sin vida, lo que alertó a la población local.

En un principio se pensó que las aves podrían haber sufrido trastornos y desorientación fruto del estrés que suponen para ellos los fuegos artificiales de las celebraciones de fin de año. No obstante, las primeras autopsias han descartado esta hipótesis y se ha confirmado que los mirlos presentaban traumatismos y que habían muerto ya antes de caer al suelo. La teoría que cobra más fuerza es la de que estos pájaros muriesen por el impacto de granizo a gran altura puesto que el estado de Arkansas sufrió las consecuencias de un tornado un día antes.

Esta historia se ha vuelto a repetir dos veces más en lo que llevamos de semana. El pasado martes medio millar de mirlos fueron hayados muertos en una autopista del estado de Luisiana y ayer fueron cien grajillas las que se encontraron en la ciudad sueca de Falköping, aunque aún se desconocen las causas verdaderas de estas muertes masivas.

«No hay que alarmarse por las muertes de algunos mirlos porque éstos son aves que vuelan en grandes grupos de más de cien mil ejemplares » argumentaba Melanie Driscoll, directora del National Audubon Society.

Otro directivo de esta asociación, Grag Butche, restó importancia al acontecimiento y señaló al diario británico The Guardian que «un fallecimiento masivo de pájaros puede deberse al hambre, tormentas, enfermedades, pesticidas o colisiones con estructuras construidas por el ser humano».


Animales aéreos y acuáticos...
Arkansas también fue noticia por un suceso similar, pero protagonizado por peces. El pasado 30 de diciembre se encontraron flotando en un río de ese Estado alrededor de cien mil peces. Todos los cuerpos sin vida correspondían a animales de la misma especie, por lo que los investigadores creen que se debe a un brote concreto de alguna enfermedad.

Al mismo tiempo, en Maryland, en la costa este de Estados Unidos, otro hallazgo de un banco de peces muertos ha hecho saltar las alarmas. Sin embargo, parece que no existe ningún tipo de relación entre este caso y el de Arkansas. En esta ocasión, los peces habrían fallecido por las fluctuaciones de temperatura de las aguas, que habrían experimentado un importante descenso en los últimos días a consecuencia del frío y el mal tiempo reinante en la zona de Chesapeake Bay.