Nueva York
La inspiración de la vida bohemia de Sitges
Miguel Condé exhibe sus trabajos hechos en la población catalana
BARCELONA- En el invierno de 1969, el pintor Miguel Condé (Pittsburgh, 1939), tras una exposición en Nueva York, buscaba volver a Europa. Un amigo le propuso ir a Canyelles y, cuando estuvo allí, sólo necesitó una visita relámpago durante un día cristalino a Sitges para enamorarse por completo de la población. Más de 40 años después, allí continúa, dejándose inspirar por la orilla del Mediterráneo. «La ventaja de la vida bohemia es que te puedes permitir sucumbir a la tentación. Sitges ha cambiado mucho estos años, pero todavía conserva algo de pueblo mediterráneo que me inspira», afirma Condé.
Misticismo del retrato
La galería Michael Dunev Art Project de Torroella de Montgrí expone a partir del 18 de agosto una nueva muestra del talento de este pintor y grabador cuyas obras se reparten por medio mundo, del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, al Reina Sofía. Bajo el título «La inefable belleza del objeto observado», Condé recoge lo último de su obra reciente y lo compara con algunas de sus obras clásicas, siempre con la figura humana como eje de la composición. «El nexo de mi obra siempre ha sido la figuración, sobre todo la figura humana. Hay elementos abstractos en el fondo, y algunas referencias fantásticas o míticas, pero en esencia soy un devoto de la condición humana y es ésta la que intento captar», comenta Condé.
Entre las piezas que mostrará en la exposición hay dibujos, acuarelas, lienzos al óleo, incluso dibujos sobre pergamino, comprados en diferentes rastros, todo para demostrar el recorrido de un imaginario atemporal, que parece como si el renacimiento volviese a estar vivo en pleno siglo XXI. «Hay una especie de ambiente narrativo en mi obra que puede retrotraer a otra época. La condición humana es un tema que no tiene fín y cuyos ecos llegan desde tiempos inmemoriales. Llevo 50 años investigando el rostro y la figura del hombre y siempre encuentro nuevos misterios. No he tenido nunca la sensación de ser repetitivo», afirma el artista.
A sus más de 70 años, sigue visitando su taller todos los días y encontrando nuevos retos con el pincel o el lápiz en la mano. «Gracias a Dios todavía no soy un fósil y no hay logro tan importante como el poder trabajar día a día. En realidad, mantengo una actitud juvenil, no siempre, claro, pero sí la mantengo. Si a esto le añadimos una observación más aguda de la realidad que te permite la vejez, esto te amplía mucho tu ámbito de creación», asegura Condé.
Maestro dibujante, sus composiciones marcan con maestría el misterio detrás de cualquier rostro. «Desde niño he sido un enamorado del nervio rápido e instantáneo del dibujo. Con un rápido apunte puedes alcanzar una primera pista que te indique el camino a seguir en busca del tesoro final. El dibujo siempre será el primer y último reducto», señala el artista. Condé está seguro que por muchos cambios y revoluciones que hayan en el mundo del arte, la esencia, lo que nos liga directamente con Altamira, no cambia. Él no va a cambiar.
- Dónde: Michael Dunev Art Project, Torroella de Montgrí.
- Cuándo: Del 18 de agosto al 14 de septiembre.
- Inf: 972759492.
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