José María Lassalle

Negociación analógica

Lo analógico y lo digital libró ayer una dura pugna en el Congreso. La celeridad repentina con la que el Gobierno quería aprobar la LES después de meses durmiendo en el cajón se percibía en la Comisión de Economía y Hacienda, sobre la que recayó la potestad legislativa en vez del pleno.

Fernández Marugán (PSOE) contempla a Sánchez Llibre (CiU)
Fernández Marugán (PSOE) contempla a Sánchez Llibre (CiU)larazon

La negociación entre CiU y PSOE no estaba cerrada. Lo análogico: corrillo de última hora, cuchicheos, notas manuscritas a través de los ujieres. Lo digital: los iPhone de sus señorías colapsados con llamadas desde las sedes de los partidos, los twitter parpadeando en los portátiles de la prensa esperando el resultado, las cámaras de última generación de los fotógrafos apuntando hacia Josep Sánchez Llibre, protavoz convergente, convertido en la estrella del día. Estaba todo tan en el aire que su señoría pidió intervenir el último de los grupos de la oposición. Mientras el PP explicaba su postura («El Gobierno no ha mostrado intención de negociación», concluía José María Lassalle, portavoz de Cultura, invitado en el día de ayer por sus colegas económicos), los asistentes giraban su cabeza para tratar de adivinar cómo acabaría la charla entre Francisco Fernández Marugán (PSOE) y Sánchez Llibre. Vuelta a lo analógico: CiU de nuevo comodín principal del Congreso de los Diputados. Revolución digital: el diputado convergente vuelve a colgarse de su iPhone. Mientras, grupo tras grupo fusila la ley en pocos párrafos, pero se extienden en su apreciaciones sobre la Ley Sinde: todos en contra.

Sánchez Llibre toma la palabra: se gusta, se regodea en que todas las miradas se ciernan sobre él. Alarga su intervención en todos los aspectos de la norma y, por fin, llega al punto deseado: ni una palabra en contra de la norma antidescargas, pero... «seguimos negociando», advierte. Sale disparado, junto a un miembro del equipo socialista. Todo analógico: la votación se pospone de las dos de la tarde, como estaba previsto, a las tres y media, para permitir que las letradas configuren, a mano, un endiablado orden de votaciones lleno de enmiendas transaccionales.

Sánchez Llibre reaparece: «Al no haber sido capaces de llegar a un acuerdo global votaremos en contra de toda la ley». ¿Algo que decir de la Ley Sinde? Respuesta analógica: silencio. Sus señorías se marchan a comer y al regreso aún no está dispuesto el sistema de votaciones, deben salir hacia el pleno para aprobar los Presupuestos. Regreso al futuro: el PSOE arañará hasta el último segundo de la noche para forzar el sí de los convergentes. Política de pasillos en la era digital...


Una «huelga on line» sin protestas en las calles
La primera «huelga on line» de España fue, podría decirse, un éxito en la red y un fracaso en las calles, donde iba acompañaba en teoría de manifestaciones. No hubo convocatoria ni se la nombró, pero la iniciativa que el pasado domingo dejó en negro una veintena de páginas de descargas de música y películas –las principales, desde Cinetube, Veocine, Cinegratis, Seriesyonkis y Mydescarga a El Rincóndejesus y Pordescargadirecta– en protesta por la inminente votación de la Ley Sinde puede considerarse una huelga de páginas webs. Las pantallas en negro anunciaban que esas páginas no darían servicio durante 12 horas como protesta con un breve mensaje encabezado por el eslogan «No al cierre de páginas webs». La repercusión fue total: las primeras estimaciones calculan que el tráfico de internet en España se redujo en esa franja al 50 por ciento. Sin embargo, los internautas habían convocado ayer al mediodía, como acción paralela, una manifestación frente al Congreso, donde desde primera hora se esperaba la votación de la Ley de Economía Sostenible. La convocatoria fue un fracaso: apenas un puñado respondió a la llamada.