Nueva York
Europenitencia
Confieso que me da pena que se acabe la presidencia europea de Zapatero. Me ha sabido a poco. Por mí podría prolongarse medio año más. Medio añito más de eurorrapapolvos y eurotirones de orejas, de euromociones de censura planetarias, de eurocumbres con nadie. A Zapatero le pasa lo que a aquel personaje de Wody Allen que en una de las «Historias de Nueva York» creía haberse librado de una madre regañona, pero luego ésta se le reaparece a tamaño gigantesco en el cielo de la ciudad, abroncándole sobre el Empire State. Con la conjunción entre cósmica y cómica de esta accidentada presidencia, Zapatero creía haberse librado de Rajoy en una providencial eurohuida hacia adelante, pero éste se le ha reaparecido a gran escala en el cielo de Bruselas para regañarle. Resulta que Europa era Rajoy y que le repite por los altavoces internacionales lo que Rajoy le decía. Resulta que también Obama se ha transformado en Rajoy. La planetarización de Zapatero ha sido su ruina porque con ella se ha mundializado el discurso de la oposición. El mundo se le ha convertido en un gran PP.Medio año más, porfa, y nos lo hacen todo un hombre a base de varapalos. Para Zapatero lo de Europa ha sido como la mili aquella que se hacía antes. Medio año más aunque Zapatero no lo desee y le esté rezando a Nuestra Señora de los ateos: «Virgencita, por lo menos que me quede como estaba».
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