Caracas
Antonio Ledezma: «El gran conspirador de Chávez es su propia incompetencia»
«El límite para opinar depende de la imaginación del presidente»
MADRID- Exterminados buena parte de sus enemigos por lo civil o por lo criminal, Ledezma forma parte del cada vez más raquítico grupo de altos cargos capaces de enfrentarse al presidente venezolano, Hugo Chávez. Quizá sea el siguiente en afrontar el exilio como alternativa a la cárcel, pero pese a las amenazas se mantiene firme en su tesis de que se puede derrotar a Chávez por la vía democrática. En esta entrevista con LA RAZÓN, en un descanso del Campus FAES clausurado hace unos días, denuncia abiertamente la «intolerancia» de un régimen que camina a la «deriva» y la persecución «a la cubana» que padece. –¿Cómo convive con el aliento del chavismo en el cogote?–La mayor parte del día lo paso visitando municipios, con reuniones de trabajo, en la calle. Pero, por ejemplo, el pasado 23 de junio nos hicieron un allanamiento. Estábamos reunidos en el municipio de El Hatillo, entregando unas motocicletas, y llegó la Policía y se las llevó.–Hay que tener cuidado con poseer más de un vehículo en Venezuela. Mire lo que le ocurrió a Zuloaga (accionista mayoritario y presidente del canal opositor Globovisión) por tener un concesionario de coches... –Eso es un juicio político no contra el comerciante que vende automóviles sino contra el empresario que dirige Globovisión. No sólo lo atacan a él sino a su otro socio en el canal, Nelson Mezerhane, dueño de un banco intervenido por el Estado. Ésta es una prueba más de la amenaza permanente contra toda libertad de expresión. En Venezuela rige una atmósfera de intimidación. Fíjese que al Gobernador del Zulia se le encarceló acusándolo de un presunto delito de conspiración contra la Patria porque dio su opinión en un programa de televisión sobre la relación del Gobierno con las FARC y con ETA. Por eso, a instancias de la Fiscalía, un tribunal dictó medidas privativas de su libertad. Hay periodistas en el exilio, no porque no tengan coraje para afrontar sus juicios, sino porque no hay garantías legales. No funciona la Justicia y el Estado de Derecho está en entredicho. Las emisoras de radio han sido desactivadas porque las quitaron la licencia y las que operan están en la diana del autoritarismo y mediatizadas en su derecho a informar. –Chávez dice que la oposición conspira para tumbar al Gobierno y contra Venezuela, pero ¿dónde está el límite para opinar sobre la situación del país?–Depende de la imaginación del presidente y de los arrebatos que le den según cómo se levanta de la cama. Pero hay una línea clara que ha trazado el Gobierno que linda con la intolerancia y con la negación del pluralismo democrático. Se castiga a la disidencia judicializando la política. El prefecto de Caracas, Richard Blanco, estuvo ocho meses preso porque en una manifestación evitó que un policía fuera agredido y lo acusaron de agredirlo. Le montaron un juicio amañado.–¿Hay ya presos políticos en Venezuela?–Tenemos 27 presos políticos en la actualidad y más de 2.000 ciudadanos sometidos a juicio político, y luego están los que han optado por el exilio.–¿Es el destierro la única opción de la clase media?–No sólo es la clase media. Todos los trabajadores de Petróleos de Venezuela han sido víctimas de una cacería. Hay mucha gente que no está en un exilio dorado. Me he encontrado en todas las partes del mundo con venezolanos de toda condición que están viviendo un destierro forzado. Chávez siempre se caracterizó por su petróleo, sus reinas de la belleza y ahora por exportar cerebros. Hay una gran cantidad de profesionales jóvenes que están huyendo de esta situación. –Usted afirma que Venezuela importa ya el 80% de su comida, como Cuba. ¿Son reales esas cifras? –Por supuesto. Igual que el tema de la comida podrida y el incremento galopante de la inseguridad. Lo están intentado tapar. La gran conspiración contra Chávez es su propia incompetencia. No hay controles que eviten la corrupción. En Venezuela hay una auténtica orgía financiera con los recursos del Estado y eso lo sabe Chávez. Tanto que ha tenido que intervenir instituciones bancarias que se crearon bajo su amparo y que estaban dirigidas por sus amigos de la revolución.–¿Cómo se llega a esta situación en un país con pastos y tierra suficiente para alimentar a buena parte del continente? –Ahora mismo somos un país rentista. Muchos gobernantes, incluido Chávez, han prometido sembrar el país exclusivamente con petróleo. Dependemos de la renta petrolera y de su política clientelar. Se ha creado un Estado asistencialista en lugar de un Gobierno que promueva la inversión. El paternalismo ha quebrado a la industria nacional. Esa importación de alimentos lleva acompañada una corrupción desmesurada. Pero no podemos olvidar la terrible inseguridad.–Que está asolando Caracas... –Y el resto del país. Pero me refiero también a la inseguridad jurídica que crea un presidente que habla constantemente de confiscaciones y embargos; que aplaude las invasiones de la propiedad privada como gestos revolucionarios. Es un discurso que parte al país y que sublima la pobreza al asegurar que los pobres son los buenos y los ricos, los malos. –¿Todavía engaña a las clases menos favorecidas con esa retórica teniendo en cuenta el colapso energético y económico? –Chávez ha perdido penetración en importantes sectores que están sacando cuentas. Los que antes perdonaban todo a Chávez han descubierto que tras once años de bonanza petrolera y de poderes ilimitados no ha quedado nada. Somos el único país de la región con decrecimiento económico, tenemos la moneda devaluada, la más alta inflación, un mercado paralelo brutal y un sector empresarial que se desvanece. –¿Está hoy más cerca Chávez de perder el poder por culpa de la crisis que azota a Venezuela? –Esto ya no se sostiene con discursos ni exabruptos. Los pobres responsabilizan por fin a Chávez. Es el principio de su fin.
PERFIL«Paso a paso, a la victoria»Antes de cumplir la treintena este abogado ya tenía un escaño en la Asamblea Nacional. Hoy, a sus 55 años, su experiencia y capacidad para integrar a todos los sectores de la oposición lo convierten en firme candidato a liderar al antichavismo. Padre de cuatro hijos de dos matrimonios, se ha convertido en el mayor azote de Chávez. «Vamos a por las legislativas, paso a paso, encontraremos las victorias».
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