Comunidad de Madrid
Agresores sexuales de diez a doce años víctimas de cuatro a seis
El Ciasi es el centro madrileño donde se tratan los casos de abuso de menores, 327 en 2008 sólo en esta comunidad.
MADRID-Trabajo en equipo, especialización, entrega y un innegable sustrato vocacional. En el Ciasi (el centro de intervención en el Abuso Sexual Infantil de la Comunidad de Madrid), trabajan diez profesionales dependientes de la ONG «Protégeles» (www. protegeles.com), entre psicólogos, abogados y asistentes. Su esfuerzo común es sanar a aquellos menores afectados por abusos sexuales y también a aquellos que han sido abusadores. Entre los primeros (327 atendidos en 2008), casi un cuarta parte se encuentran en la franja comprendida entre los cuatro y los seis años. Entre los segundos (24 atendidos en el mismo ejercicio), llamativamente más de un ochenta por ciento se encuentra entre los diez y los doce años.Curación integralAnte la pregunta de si alguien que haya sufrido un abuso sexual severo se puede curar por completo del trauma la respuesta es contundente: «sí», aunque el tiempo de terapia necesaria es algo imposible de calcular a priori. Al Ciasi llegan todos los casos que son derivados de otros organismos públicos. Es decir, no se presenta la gente directamente sino que los casos de aparente abuso son asignados por quien los detecta, que en una mayoría de las veces son los servicios sociales, seguidos de los médicos y los profesores que, como en el caso de cualquier otro maltrato, tienen la obligación de dar cuenta de sus sospechas.Primero se evalúa, en una reunión en equipo, cada caso. Posteriormente se pasa a la fase más delicada, en la que se intenta que el abusado cuente su experiencia. «No se cita al agresor jamás, y se trata de que se suelten y realicen una narración abierta». A veces hay problemas, porque un niño muy pequeño, pese a ser consciente de que ha ocurrido algo «que no le gusta», no tiene la misma capacidad de verbalizarlo que un adulto. «Muchas veces hay que ganarse primero su confianza, llegar a ser alguien en quien el niño confía y en quien se apoya, para que termine abriéndose». Todo ello se graba. Luego, mediante un método llamado SVA, se ve si el relato del menor es creíble o no. «No se trata de definir si ha habido abuso, sino simplemente si lo que cuenta es creíble por comparación con experiencias reales de abusos», comenta una de las expertas que trabaja en la zona. En el proceso a menudo se utilizan juegos o dibujos para que el niño exprese su experiencia.Trabajo en grupoUna parte importante del camino hacia la curación es el trabajo en grupo, que se hace con los niños y también con los padres, siempre en grupos de un máximo de nueve personas y con chavales que presenten sintomatologías similares. «Los problemas derivados de un abuso son variados», comenta una experta del Ciasi: «Impotencia, desamparo, sensación de peligro constante, culpabilidad, alteración del desarrollo sexual, del sueño y de la alimentación, estrés postraumático y fracaso escolar. Esto último porque sencillamente su mente está demasiado preocupada protegiéndose para tener espacio para el aprendizaje». También hay una sensación de diferencia: «El niño se siente diferente a todos los demás, y el trabajo en grupo le permite percibir que no es el único al que le ha pasado eso. Es importante, y en el caso de los padres es muy parecido, y ayuda combatir la losa de la culpabilidad».A menudo existen casos en los que los niños se dan cuenta tarde de que la conducta ha sido de abuso, ya que en su entorno es habitual y aunque no les guste, la han entendido como «lo normal». Sólo cuando empiezan a funcionar fuera del núcleo donde se da el abuso perciben la realidad de la situación.Con niños algo más mayores se realizan también representaciones («role playing») en las que dos miembros del grupo, por ejemplo, escenifican el momento de contarle lo sucedido a otra persona para que luego sea más fácil cuando deban hacerlo en la realidad. «A menudo tienen problemas para contarle algo así a una pareja, por ejemplo».
AnálisisLa inmunidad que otorga la Ley del Menor- ¿Debería reducirse la edad penal? –El debate está abierto. Actualmente la edad penal está fijada a los 14 años. Por debajo de esa edad el delito no es imputable. Hay quien aboga a que se reduzca a los 12 o 13 años. Lo cierto es que, por ejemplo, a partir de los 13 ya pueden consentir relaciones sexuales. - ¿Protege la ley a los menores que delinquen?–La ley les hace responsables de sus actos desde los 14 años, pero si cometen un delito antes de cumplir los 18 no pueden superar más de ocho años de internamiento en un centro, no en una prisión, y, concluido el castigo, el expediente se borra. Lo más polémico de la Ley del Menor es que este tratamiento de favor es independiente de la gravedad del crimen que cometan.
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