Ministerio de Sanidad
Aído insiste en que las jóvenes de 16 años aborten sin permiso paterno
madrid- Ya fuera por hacerse la foto o para acallar las voces que denuncian que el Ministerio de Sanidad no pinta nada en la elaboración de la ley del aborto, Bibiana Aído y Trinidad Jiménez pasaron ayer la tarde juntas. De la reunión, que duró una hora, salieron muchas sonrisas y pocas novedades. Eso sí, quedó claro que ambos departamentos, junto con Justicia, son una piña en lo que se refiere a la futura Ley de Interrupción del Embarazo, aunque es Aído quien lidera el proyecto. Fue la ministra de Igualdad quien ratificó ayer que el Ejecutivo es partidario de que las menores, cumplidos los 16 años, puedan abortar sin necesidad de un consentimiento paterno. «La propuesta del Gobierno es que se reconozca la autonomía de la paciente a los 16 años», apuntó. Fuera de la ley Con ello, además, pretenden «evitar intervenciones clandestinas». Aído, no obstante, admitió que el Parlamento tiene la última palabra y el anteproyecto -que aprobará el Consejo de Ministros antes del verano- puede cambiar. Para Aído, el objetivo de la nueva ley será «reducir los embarazos no deseados», a través de un plan de salud sexual. Por su parte, la nueva titular de Sanidad y Política Social señaló que exigirá a las comunidades autónomas que «ofrezcan esta prestación con criterios de calidad y equidad». En este sentido, Aído aseguró que el acceso a la interrupción del embarazo se asegurará «en igualdad de condiciones y a través de la red pública». Un objetivo ambicioso dado que, en la actualidad, la mayor parte de los abortos se llevan a cabo en clínicas privadas. Sobre la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, Jiménez soltó el consabido «es un derecho y hay que respetarlo, pero hay que conciliarlo con el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo». Eso sí, de listado de médicos objetores o de aumento de los conciertos de la sanidad pública con centros privados prefiere no hablar. «Se establecerán los mecanismos oportunos», dijo. Violencia machista Para que no fuera todo aborto, Jiménez y Aído también despacharon sobre otros asuntos que les competen. En particular, sobre la detección precoz de los casos de violencia machista en el ámbito sanitario. En este punto, Aído destacó que «han aumentado las denuncias de casos por parte de profesionales sanitarios». La estrategia de parto normal y el plan para erradicar la trata de seres humanos con fines de explotación sexual completaron el encuentro de las dos ministras.
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