Italia

Berlusconi: «Perdonad si no traigo a las bailarinas conmigo»

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, bromeó ayer ante los asistentes a un acto de la asociación agrícola Coldiretti a los que dijo «perdonad si no traigo a las bailarinas conmigo», informa hoy el Corriere della Sera. «Pensando en vuestros 20.000 puntos de venta, se tenéis necesidad de bellas dependientes sabéis a quien dirigiros», añadió Berlusconi. Hace dos días Berlusconi decidió retirar a la gran mayoría de jóvenes y bellas mujeres que pensaba incluir en las listas de candidatos de su partido, el conservador Pueblo de la Libertad (PDL), a las próximas elecciones europeas, tras la bronca pública expresada por su mujer, Verónica Lario. Durante el acto de ayer en el que comió mortadela y productos porcinos que ofreció en una bandeja a los asistentes sentados en la primera fila, se refirió al episodio de las llamadas «veline» o bailarinas. «He hecho algunas llamadas a mis bailarinas que son pluri-laureadas y tienen tanta experiencia política», comentó con sorna. De las 25 bellas jóvenes que en un principio estaba previsto que se presentaran con el PDL a las elecciones europeas, que se celebrarán en Italia el 6 y 7 de junio, ahora quedan sólo tres: Lara Comi, Licia Ronzulli y Barbara Matera. El resto han reaccionado de distinta manera pero alguna como Chiara Sgarbossa, ex mis Venecia, ha asegurado furiosa que «para mi el daño es doble, primero me han endosado la etiqueta infame de bailarina y ahora no me lo puedo quitar hablando con la gente en la campaña electoral. Deberemos dar las gracias a Verónica» (Lario), mujer de Berlusconi, informa el diario «la Stampa». Muchas de las guapas aspirantes a la lista de las elecciones europeas ya habían firmado su compromiso ante notario y habían comenzado un rápido curso de formación política, cuatro días durante cuatro meses. Al menos, su retirada de las listas llega pronto, una vez que Verónica Lario asegurara que la candidatura de mujeres bellas en la lista del PDL a las elecciones europeas era una «desvergüenza». El propio primer ministro aseguró acto seguido que esas críticas de su esposa son fruto de una maniobra de «la prensa de izquierda y de la oposición» de su país.