Sevilla

Camino con sabor a Madrugada

La Esperanza de Triana, desde su paso, despidió a los peregrinos que partieron hacia la aldea almonteña

Camino con sabor a Madrugada
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Lo han dicho las sevillanas en infinidad de letras cantadas hasta la saciedad: la salida de la hermandad de Triana es especial en todo. Quizás porque el verdadero germen de lo que hoy se conoce como la romería del Rocío se gestó en el seno de la hermandad sevillana.No se entiende esta peregrinación sin el cordón verde de la medalla, sin la especial alegría de sus peregrinos y sin ese modo de entender las cosas rocieras que sólo se saben concebir en Triana. Por eso vuelven a la memoria los famosos versos: «No sé que tiene Triana/cuando Triana se va». Este año, al tradicional ambiente de la salida se ha sumado la celebración de los fastos que conmemoran el XXV aniversario de la Coronación Canónica de la Esperanza de Triana. Ayer se unieron las dos devociones más importantes del barrio y, para llegar al clímax trianero, la dolorosa de la calle Pureza despidió a los peregrinos en su paso procesional.Desde muy temprano, la calle Pureza estaba atestada de fieles que esperaban el paso de la hermandad y que no se querían perder la llegada del Simpecado a la capilla de los Marineros. La misa de romeros, que se celebró en Santa Ana, contó con la presencia del cardenal Carlos Amigo Vallejo, que pidió que se recordara durante el camino a la joven Marta del Castillo.A medida que la luz y el calor del sol se hacían más presentes, las calles Pelay Correa y Pureza ya sólo eran un río humano en el que todo el mundo estaba deseoso de ver al Simpecado sobre la carreta para de ese modo iniciar el camino hacia la aldea.Por fin, se produjeron los primeros vivas, y mientras se rezaba la salve, las lágrimas de emoción afloraron en muchos rostros de los que allí estaban. Tristeza y alegría, dos sentimientos que comparten espacio en las celebraciones religiosas de Sevilla. Arrancó la comitiva y todo se convirtió, como dijo una vieja devota agarrada a la carreta, «en un suspiro que cada año cruza Triana». Un suspiro que en esta ocasión cuenta con más de 5.000 romeros y 500 caballos, aunque la junta de gobierno estima que la afluencia de vehículos y «charrets» ha descendido en torno a un 20% respecto a cifras de años anteriores. Cada paso dado costaba más que el anterior debido a la gran cantidad de personas que se reunieron para ver el encuentro con la Esperanza de Triana. Un momento histórico, pues el barrio vivió escenas inéditas en las que se sentía de alguna manera el ambiente cofradiero que es habitual en cada Madrugada del Viernes Santo.Mientras, por los barrios de la Macarena y el Cerro hacían lo propio las dos hermandades restantes. Con otro sabor, más modesto y familiar, los peregrinos de la Resolana –en esta ocasión son cerca de 500 romeros– visitaron a las Hermanitas de la Cruz, que les ofrecieron como despedida una plegaria. Por su parte, el Cerro recorrió el puente de las Delicias para comenzar un camino en el que tomarán parte unos cuatrocientos hermanos.«Este Rocío va a salvar muchas vidas»No hay descanso en la campaña para concienciar sobre la necesidad de donar órganos. El doctorJosé Pérez Bernal y el cardenal Amigo Vallejo llevaron, junto a familiares de donantes, dos cirios dedicados a esta causa. Uno acompañará al Simpecado y el otro, al paso de la Esperanza de Triana, que ha dedicado su salida procesional a esta causa. Pérez Bernal recuerda que todas las hermandades de Sevilla que peregrinan a la aldea llevan este mensaje, por lo que «este Rocío va a salvar muchas vidas», debido al sentido solidario de estas acciones.