Carta de extorsión a una niña de 14 años

La lucha antiterrorista ha cerrado una semana de éxito con detenciones en Guipúzcoa y Francia. Los avances del Estado de Derecho son tan innegables como la capacidad de ETA para hacer daño, como demostró con el asesinato del inspector Puelles. Esa maquinaria del terror, aunque débil, no parará hasta que sea derrotada. La última remesa con cartas de extorsión demuestra el grado de vileza y degradación alcanzado por los asesinos. ETA ha enviado una de las misivas a una niña de 14 años, familiar de uno de los empresarios a los que chantajea para recibir dinero. El carácter mafioso de un grupo que utiliza a los niños para amedrentar a sus padres debería ser suficiente para que fuera repudiado por toda una sociedad. Lamentablemente no será así por la patología social que afecta a una parte de la comunidad. El resto, la inmensa mayoría, está ante la oportunidad que el cambio constitucionalista representa.