Santander
Chávez opta por endeudarse para combatir la crisis
BUENOS AIRES- Contra la crisis, el presidente Hugo Chávez y todo su sequito de «expertos» economistas tienen el escenario claro: seguir con el endeudamiento del país, agotar las reservas nacionales y subir los impuestos. Ante una Venezuela expectante, el mandatario anunciaba un recorte del 6,7% en el presupuesto nacional y un endeudamiento interno por 10.232 millones de dólares en este año, dentro de un paquete de medidas para enfrentar la bajada de los ingresos petroleros. Básicamente el problema es que Hugo Chávez calculó los presupuestos con una estimación de 100 dólares el barril, mientras que ahora ronda en los 40 dólares. Por lo que las cuentas no le salen y toca apretarse el cinturón, pero con cuidado. El mandatario podría hacer un aumento en el precio interno de la gasolina, el más barato del mundo y cuyo subsidio significa más de 1.000 millones de dólares al año, «pero con la gasolina no se juega», sentenció Chávez. Se cree que tomó la medida con cautela ante el miedo de afrontar protestas populares. Igualmente, decretó un aumento de 20% del salario mínimo, que lo ubica en unos 959 bolívares (446 dólares), para 2,6 millones de trabajadores. Una medida que incentivará aun más el trabajo informal que ya afecta al 70% de los empleados. Una de cal por una de arena Mientras proclamaba las maldades del sistema capitalista iba «lanzando» las medidas más determinantes. Por ejemplo, el presidente venezolano aumentó el impuesto a las ventas (IVA) de 9% al 12%. Asimismo, informó que busca disminuir el precio que pagará por el Banco de Venezuela, filial del grupo español Santander, señalando que la entidad «no vale lo que valía hace un año», cuando decidió su nacionalización. En su alocución, Chávez descartó una devaluación de la moneda, que se mantiene en 2,15 bolívares por dólar desde 2005. La devaluación habría impactado con fuerza en la inflación, que en 2008 superó el 30% y es la más alta de la región américana. En esa dirección Óscar García Mendoza, presidente del Banco Venezolano de Crédito, aseguró que «son medidas puestas con hipocresía, se trata de medidas duras puestas con nombres patriotas», y agregó que «lo que han hecho es despilfarrar el dinero. En lugar de eliminar las ayudas al exterior o las compras de armas, los enormes barcos a España y armas a Rusia y China», por lo que es obvio que se está en crisis. Horas antes, en televisión, el presidente informaba de la toma de los puertos y aeropuertos del país por parte de las autoridades nacionales, las cuales se encontraban bajo el control de los gobernadores regionales, a quienes la Constitución les entregó su administración en forma exclusiva. Pero una reforma legal aprobada la semana pasada por la Asamblea Nacional le permite al Ejecutivo «revertir» la medida, lo cual es inconstitucional, la oposición asegura que es una forma de concentrar el poder para asfixiar los liderazgos. Chávez dijo que los puertos y aeropuertos tienen una importancia estratégica para la seguridad nacional, por lo que no pueden estar en manos de gobernadores que se comportan como «caudillitos», los cuales en 2008 conquistaron algunas de las entidades con mayor proyección política. «La reversión forma parte del plan de reunificación nacional para fortalecernos y desarrollar la nación, porque el país estaba fracturado», señaló Chávez.
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