Cifras perversas

El día en que a Florentino Pérez le volvió a acosar la idea de presidir el Real Madrid tardó segundos en pensar lo que haría. El día en que se supo que alimentaba de nuevo la intención de presidir el club no se demoró más de un minuto en hacer la lista de los jugadores a quienes trataría de atar. Han pasado diez días y no sólo se ha confirmado lo que quería, sino que ya tiene parte del pastel sobre la mesa. Ramón Calderón hizo campaña con los nombres de Cristiano Ronaldo, Kaká y Cesc y no fichó a ninguno. Calderón se gastó más de 300 millones de euros, cuando aún no sufríamos la crisis económica, en contratar medianías y algún jarrón de porcelana fina, proclive a las roturas. Florentino ya está en los trescientos millones en inversiones. Cuenta con Ka- ká, ya se ha confirmado el fichaje de Cristiano y no tardará en llegar al Santiago Bernabéu David Villa. Con los tres, más el entrenador y algún añadido, superará la citada cifra. La dife- rencia está en los nombres, en la reconversión de la galaxia. El jugador portugués entre picos, palas y azadones, más de cien millones. El portugués y el brasileño, en sueldos anuales, nueve millones y medio de eu- ros limpios de polvo, paja y Hacienda. Que Florentino Pérez iba a aumentar la calidad del equipo madridista estaba cantado. El milagro está en ver cómo y de dónde saca tantos dineros teniendo en cuenta que le han dejado un agujero en las arcas del club que supera los 500 mi- llones de euros. No creo que se contente con los jugadores citados. Hay que aguardar a la guinda. Otra cosa es ver la cuestión desde el punto de vista económico. Tales cifras, hoy por hoy, son perversas.