Comunidad de Madrid

Cinco horas por Buitrago de Lozoya

La ruta por este enclave privilegiado de la zona norte de la Comunidad de Madrid es de dificultad baja y se completa en una mañana.

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Buitrago de Lozoya es el secreto mejor guardado de la zona norte de la Comunidad de Madrid. Los primeros registros que se conservan de su existencia se pierden en las tinieblas del tiempo, allá por el siglo I antes de Cristo (Cayo Flaminio ya le dio el nombre de Litabrum cuando la conquistó). Desde entonces hasta hoy el río Lozoya se viste de fiel escudero ante cualquier problema que le pueda surgir a sus vecinos. Precisamente la elegancia de las construcciones del núcleo urbano, dispuestas en elevación por encima de este cauce, obliga al Lozoya a dibujar una herradura absolutamente perfecta.Si hay un lugar que aúne agua, flora, fauna y majestuosidad es éste. Sobre las nerviosas corrientes del famoso río se levanta el Puente Viejo; muy cerca de los rincones más recomendables de este enigmático pueblo: la iglesia de Santa María, la muralla árabe indestructible, el castillo medieval (en ruinas) y los dos embalses entre los que ha quedado atrapado (el de Riosequillo y el de Puentes Viejas). Sin embargo, además de las bondades otorgadas por el Lozoya, el visitante también puede disfrutar de la tierra firme, y analizar el curioso entramado de vías pecuarias del que dispone el término; recuerdos de otras épocas en las que la ganadería se llevaba a cuestas de un lado para otro. Y todos pasaban por allí.

Otros pueblosEn las proximidades de Buitrago, y fácilmente accesibles por carreteras intercomarcales, se pueden visitar otros tres pueblos que dejarán al visitante perplejo por la gran superficie verde que manejan. En Gargantilla de Lozoya, por ejemplo, compiten con violencia los robles contra las encinas. La seguridad y la lenta robustez de los primeros contra la rapidez habitual de las segundas. En el enfrentamiento vegetal, marcadamente deportivo, todos ganan, sobre todo los que contemplan las estampas silueteadas de estos bosques. Allí mismo se dispone también de la Cerca del Pernal, el área recreativa más completa de la zona. En Gascones y la Serna del Monte, a su vez, la profundidad del arbolado da paso a extensas praderas y enormes campos cercados, que ayudan a cambiar el chip y a relajar ligeramente las pupilas y el cuello, que ya llevaba demasiado tiempo mirando para arriba buscando aves en las copas de los robledales y encinares.El transporte público hasta Buitrago de Lozoya se concentra en Plaza de Castilla, donde se pueden tomar las líneas de autobús 190A, 190B, 191 y 196, cuyos recorridos completan los 74 kilómetros que separan la ciudad de este municipio. Es lo más inteligente; así se escapa de atascos, estrés y radares. La altura media del valle en el cual se asienta el centro de esta senda es de unos 900-950 m, existiendo zonas quizá más altas y a lo mejor más bajas, pero sin estruendos ni sobresaltos. Las zapatillas deberán ser cómodas eso sí, y las rodillas y los gemelos deberán estar entrenados. El nivel de dificultad es bajo, pero se camina mucho. Cinco horas con suerte. ¡Mucha suerte!