Literatura

Instituto Cervantes

Con la habilidad de un artesano

El Rey con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero
El Rey con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapaterolarazon

Alcalá de henares- «Me gusta imaginarle en la calle, donde, tras conversar con la gente en una parada, subirá al autobús para contemplar el trayecto». El Rey no ahorró elogios para el escritor Juan Marsé, «el autor que ha sabido hacer suyos tantos trazos de la existencia urbana, con los que forja personajes, dotados de corazón y juicios propios». Don Juan Carlos, que remarcó la importancia del Premio Cervantes en su intervención en la Universidad de Alcalá de Henares, donde ayer se entregó el galardón, afirmó que en sus ficciones «caben todos los fracasos, todos los sueños, todos los mitos de las viejas salas de cine». Subrayó que este «autor brinda al lector un uso inimitable del castellano –como lenguaje multisecular y como espacio de creación renovado– con el que muestra perspectivas inéditas del vivir diario». Para el Rey, sus personajes son «perdedores y vencedores de la vida. Les queremos, les reprochamos sus traiciones y celebramos su autenticidad». Luego dijo que «el escritor ha hecho sitio a la voz de quienes regresaron, todavía fuertes para caminar, por las calles que una vez perdieron». La máquina del tiempoLa ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en un discurso emocional y cinematográfico, destacó que «Marsé recicla los viejos proyectores de las salas de posguerra, en máquinas del tiempo para el lenguaje y para la mirada». Insistió, varias veces, en la justicia de este galardón al haberlo premiado y lo necesario que es celebrarlo. «He aquí un escritor por vocación, hecho a sí mismo, de los que trabajan pieza por pieza, de los capaces de engarzar la ternura y lo canalla, el dolor y el humor, con la minuciosidad del artesano que lleva tras de sí muchas horas de lectura y de trabajo». Recordó que cuando alguien se pregunte por la desolación de la guerra y la barbarie, «la respuesta no estará en las hemerotecas ni en los libros de historia ni en las crónicas de sociedad. Mejor que pregunten a tus personajes».