Belleza
De la naturaleza a la farmacia
El director de la empresa fue un «visionario» que apostó por una cosmética no agresiva desde los 80.
MADRID- «Comenzó mi abuelo, un observador del campo que elaboraba productos de forma artesanal a base de plantas y luego se los vendía a los vecinos». Quien escuche el relato de José Elvira a duras penas podrá creer que, sólo un cuarto de siglo después de estos inicios, la empresa familiar se ha convertido en Laboratorios Phergal, una empresa con 270 empleados, líder en el sector de la farmacia, «mass market», y profesional, con 25 marcas punteras en el mercado, cada una con unos 100 productos distintos, y presente en 28 países. José Elvira, de 49 años, comenzó su formación en Telecomunicaciones. Sin embargo, vio una oportunidad de negocio con la cosmética natural y se embarcó, en el año 1984, en su aventura empresarial, que ahora celebra su 25 aniversario. En 1998 compró el 100 por ciento de Phergal y, desde entonces, la compañía no ha dejado de crecer, siempre con una misma filosofía: «Naturalidad, eficacia y vanguardia», resumida en su visión «Si conoces tu cuerpo, sabrás como tratarlo», explica su director general. En este sentido, tal y como recuerda, fueron «visionarios», pues en la actualidad los productos naturales son una tendencia cada vez más extendida en el sector de la cosmética y la parafarmacia.Tintes revolucionarios Sin embargo, no siempre lo tuvieron fácil. Quizá los productos más célebres de Phergal sean los tintes Farmatint, Naturtint y Clinuance, nombres que hoy todo el mundo conoce, pero que, en sus inicios, supusieron una revolución en el mercado. «Fue la primera coloración natural, fruto de un gran trabajo de investigación, pero nos llovieron las críticas. Incluso el farmacéutico lo rechazaba, ¿cómo iban a vender ellos un tinte de cabello en su farmacia?», recuerda Elvira. Pero atrás quedaron las críticas y hoy «nos han copiado el concepto», y los tintes más saludables sin amoniaco son cada vez más comunes. Aunque no sólo de ser especialistas en tintes vive este laboratorio. Complementos alimenticios como su célebre Vientre Plano y los nuevos «In out Innovage», además de remedios naturales como su último repelente de insectos, Farmapic, que se puede aplicar hasta a los bebés, y productos cosméticos «cuya eficacia y seguridad está avalada por laboratorios independientes», son sólo algunos de los campos de negocio de la compañía.Pese a sus numerosos éxitos, la crisis no ha pasado en balde. En 2007, en plena bonanza, Phergal adquirió Laboratorios Gayoso. El objetivo era completar su gama de productos y diversificar hacia los medicamentos, tanto publicitarios como de prescripción (antiácidos, anticatarrales...). Ahora tiene que hacer frente a la consolidación de ambos proyectos en el peor momento financiero general ya que los bancos están reacios a apoyar a los empresarios, como hasta hace un año era habitual. Éxito pese a la crisisSí le ayuda, no obstante, otro efecto colateral de la recesión: «Es verdad que en tiempos de crisis la gente compra más cosméticos de uso doméstico, como en la categoría de coloración del cabello donde lo notamos mucho, las ventas pueden haber crecido entre un 15 y un 20 por ciento», explica Elvira. Para el futuro, el objetivo es aún más ambicioso. «Nuestro reto es la cosmética sensorial, con la gama Atashi. Se trata de un efecto relajante sensorial natural que se consigue con ingredientes biotecnológicos», explica Pino Navarro, directora técnica de Phergal. Para 2010 preparan el lanzamiento de nuevos productos en este sector.
«Como si fueran medicamentos»«Todas nuestras formulaciones son de garantía farmacéutica, comenzando por la calidad del agua con la que fabricamos nuestros productos cosméticos que serviría para diálisis y es denominada agua purificada según farmacopea, hasta los ingredientes activos "inteligentes"de última generación que incorporamos». Así muestra la directora técnica de Phergal, Pino Navarro, cómo sus cosméticos se fabrican con un control «como si fueran medicamentos cumpliendo las buenas prácticas de fabricación». Queda muy claro cuando se visitan las instalaciones de su planta de fabricación en Torrejón de Ardoz (Madrid). Batas blancas, maquinaria de última tecnología y un gran equipo de profesionales, donde se analiza desde la materia prima hasta el producto terminado, hacen que parezca más la factoría que abastece a un hospital que el lugar donde se fabrican tintes para el cabello y cosmética para el cuidado corporal.
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