Málaga

Defensa ampliará los funerales de Estado a otras religiones y la asistencia a procesiones será voluntaria

Defensa ampliará los funerales de Estado a otras religiones y la asistencia a procesiones será voluntaria
Defensa ampliará los funerales de Estado a otras religiones y la asistencia a procesiones será voluntarialarazon

En 1984, el entonces ministro de Defensa, Narcís Serra, aprobaba un reglamento de honores militares para sustituir al que estaba vigente desde 1963. El problema es que ese reglamento aludía a autoridades que el devenir de los tiempos había suprimido. Ahora, siguiendo su ejemplo y la estela de las Reales Ordenanzas que ella misma modificó, Carme Chacón prepara un nuevo reglamento de honores militares que transformará partes sustanciales del vigente. La modificación más profunda, o al menos la más señalada, tendrá lugar en lo referente a actos religiosos. Si bien el propio equipo del Ministerio es consciente de que las tradiciones católicas están profundamente arraigadas en las Fuerzas Armadas y de que el porcentaje de militares que profesan esta religión es mayoritario, el nuevo texto pretende adaptar los actos oficiales al concepto de libertad religiosa (que el Gobierno plasmará en una ley en los próximos meses) y a las diferentes confesiones que se profesan actualmente en España. Así, según confirmaron fuentes militares a LA RAZÓN, Defensa extenderá los funerales de Estado a militares fallecidos en acto de servicio a otras confesiones religiosas más allá de la católica.

 

Atendiendo a esos criterios, cuando un militar muera en acto de servicio, además de los honores puramente castrenses, se celebrará una misa o acto de oración católico en el caso de que el fallecido profese esta fe. Si el militar muerto fuese musulmán, protestante o judío, el funeral de Estado se haría acorde con la confesión correspondiente a las creencias del finado o los deseos de su familia. En caso de que no perteneciese a ninguna confesión religiosa, el acto se limitaría a los honores castrenses establecidos para estos supuestos. Hasta ahora, todos los soldados fallecidos en misiones en el exterior han sido despedidos con un funeral de Estado católico, dado también que hasta la fecha ninguno de los caídos pertenecía a otra religión. Según estas fuentes, el nuevo reglamento de honores incluirá además la puntualización de que en estos actos, al estar representando a las Fuerzas Armadas, la asistencia tendrá consideración de acto de servicio, por lo que será obligatoria para los militares que se determine. Todo lo contrario ocurrirá en actos religiosos en los que tradicionalmente han tomado parte militares de cualquiera de los ejércitos o la Armada. Sirvan de ejemplo la procesión del Cristo de Mena en Málaga, al que acompañan siempre efectivos de la Legión y que tiene un especial atractivo no sólo para los miembros de esta brigada, sino para los malagueños, o la procesión del Corpus en Toledo, en la que participa una amplia representación de la Academia de Infantería de Toledo.

 

En estos casos y en otros de parecidas características la asistencia de los uniformados será totalmente voluntaria, en virtud del principio de libertad religiosa que esgrime el Ejecutivo, aunque al que asista se le exigirá una actitud respetuosa. Polémica en Málaga El año pasado se suscitó una cierta polémica al extenderse el rumor de que Defensa pretendía prohibir la participación de la Legión en la procesión malagueña, una de las más apreciadas y famosas en España. Aquello suscitó una gran controversia que no fue a más al constatarse que la participación de los legionarios en la escolta y procesión del Cristo de Mena se desarrollaba con la afluencia de efectivos habitual y en las condiciones de siempre. El reglamento de honores que sigue en vigor, el de 1984, señalaba que «con motivos de celebraciones de carácter religioso con tradicional participación castrense, las autoridades militares podrán designar piquetes o escoltas adecuadas al acto». Con el cambio, las autoridades referidas en el texto que aprobó Serra ofrecerán a los militares la posibilidad de participar en esos piquetes o escoltas y si así lo desean, acudir ateniéndose a las normas de comportamiento especificadas.