El 52% de los españoles quiere jornada intensiva todo el año

La jornada intensiva nació en los años sesenta, cuando el calor hacía muy difícil trabajar en los meses veraniegos. Se planteó como una fórmula para hacer más llevaderas las altas temperaturas. Ahora que el aire acondicionado se ha democratizado y ya no hay empresa que se precie donde falte, muchas mantienen esta opción laboral que reconforta y facilita la vida a los empleados, sobre todo a los padres con hijos en edad escolar. Sin embargo, son muchos los que, pasado el verano, se muestran favorables a que este horario se extienda al resto del año. Lo constata una encuesta de NC Report para LA RAZÓN que revela que el 52% de los españoles sería partidario de aplicar la jornada intensiva los doce meses del año.Los que apoyan con más intensidad esta propuesta son los españoles con edades entre 30 y 64 años. Triunfa entre el 60% de ciudadanos que se encuentran en esta franja de edad.Los menores de 30 años se encuentran más divididos, ya que mientras el 48,1% está a favor de la medida, el 44,4% se muestra contrario, según la encuesta.Las mujeres son las que recibirían la jornada intensiva con mayor agrado; el 59,6% está a favor. Entre los hombres, también ganaría la propuesta, sin embargo el apoyo desciende al 46,8%.Tiempo útilLos partidarios de la jornada continua argumentan que los trabajadores se concentran mejor en su tarea y rinden más sabiendo que les quedan menos horas por delante. Los adversarios, por el contrario, consideran que no se trabaja igual de ocho a tres que con un horario laboral partido.La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles considera que la concentración del horario «no afecta negativamente a la eficacia del trabajador porque lo que se reduce no es el tiempo útil de trabajo, sino el que perdemos de forma inútil, como las dos o tres horas que en la tradicional jornada partida se reservan al almuerzo». Su presidente, Ignacio Buqueras, cree que «la jornada continua nos puede hacer más felices al favorecer la conciliación entre la vida personal y familiar y la vida laboral, porque implica que las personas tengan más tiempo para ellas mismas y para los más próximos, algo imprescindible para la higiene mental, y que introduce racionalidad en nuestros peculiares horarios». Una jornada como ésta daría margen para ir al cine, al teatro, a conciertos, para hacer papeleos, compartir momentos con la familia, hacer deporte...

Las horas muertas Jorge BERLANGATodos sabemos que los españoles siempre hemos sido muy dados a la jornada intensiva, que en nuestro caso equivale a hacer unos cuantos minutos de trabajo efectivo dentro de un largo horario laboral. El resto es ingeniárnoslas para ocupar las horas muertas. Salir a tomar un café, salir a fumar un cigarrito, a hacer un recado, fabricar estupendas pajaritas de papel, chatear por el ordenador o charlar por el teléfono de la empresa. De hecho, lo de ir a fichar a la oficina se está quedando fuera de moda cuando casi todo se puede hacer desde casa o la barra del bar. Por eso yo abogo por la semana laboral de 7 horas tirando por largo. El único problema que le veo es que bastará tener las tardes libres para que el personal no sepa qué hacer encerrado en el hogar con la parentela, sin tan siquiera el grato respiro del restaurante de menú. Y es que al fin y al cabo, como fuera de casa no se está en ningún sitio, aunque sea en el trabajo.

Ficha técnicaEmpresa: NC ReportUniverso: españoles de 18 años y más.Tamaño de la muestra: 1.000 entrevistas telefónicas realizadas del 15 al 18 de julio de 2009.Nivel de confianza y error muestral: para un nivel de confianza del 95,45% (2sigmas), y para P=Q, el error es del 3,16% para el conjunto.Muestreo: aleatorio simple, estratificado por conglomerados.