F. C. Barcelona
El Barça vuelve a ser imparable
El Barça ha regresado. Las dudas que le rodearon tras pasarse cinco partidos consecutivos sin ganar parece que forman parte del pasado y el Olympique de Lyon lo pagó. En todo el letargo del Barcelona, el peor momento fueron los primeros 45 minutos en Gerland. Los franceses partieron por la mitad al equipo de Guardiola y les perdonaron. Sólo consiguieron un gol, poco para los méritos sumados, aunque el juego desplegado animaba al Olympique a pensar que podría repetirlo. El Barcelona de ayer no era el mismo que el de hace dos semanas, aunque no haya pasado tanto tiempo.El equipo español hizo memoria y lo que encontró en el pasado le gustó. Quizá por eso decidió recuperarlo. Siempre con la pelota como base, el Barça fue metiendo cada vez más atrás a su rival. Los primeros instantes fueron peligrosos porque el partido se estaba jugando en muy poco espacio, entre los 30 metros por delante de la portería Valdés, donde se coloca la defensa azulgrana, y el área del Lyon. En esos minutos iniciales, los centrales no podían permitirse un error y la sincronización para el fuera de juego debía ser milimétrica. Un solo balón que pasara hubiera dejado a Benzema delante de Valdés. Sólo pasaron un par, pero porque la estrella gala estaba en posición antirreglamentaria. El Barcelona no perdió la paciencia y el Olympique iba dando pasos hacia atrás. El 0-0 le servía a Guardiola, pero defender no es la mentalidad del técnico. Puso a todos los jugadores de calidad que tiene y en el centro del campo el toque ganaba por mayoría al físico: dos contra uno, Iniesta y Xavi al lado de Touré. Cuando los pequeños tocan muchas pelotas es bueno para el Barça. Andrés volvió a demostrar que es un jugador imprescindible y se dieron cuenta tanto sus compañeros como los rivales. Makoun se pegó a él y le mandó al suelo cada vez que podía cazarlo. Tocó más veces las piernas del «8» que el balón y sólo se ganó una amarilla. La roja fue para Juninho cuando el encuentro estaba casi terminado.El buen trabajo de los azulgrana tuvo como resultado que marcaran el gol que estaba destinado al Olympique. Márquez bajó un balón de esos que si pasaban eran mortales, lo controló e hizo precisamente lo que los franceses buscaban sin éxito. Centró a la espalda de la defensa y Henry sorprendió desde atrás, rompió el fuera de juego y marcó. Dos minutos se dio para hacer el segundo, en pleno descontrol del conjunto de Puel. El Barcelona hizo memoria como grupo y algunos de sus jugadores, individualmente. Uno fue Henry, que volvió a recordar al delantero letal, al infalible en los mano a mano que era en el Arsenal. Después está Messi, que sigue hacia arriba después de su bajón. Todavía no participa de forma constante, pero cuando aparece deja atrás a todo el que intenta frenarlo. Arrancó desde la derecha hacia el centro, como más daño hace, se apoyó en Etoo y después resolvió con un toque sutil.El partido estaba encarrilado y sólo faltaba que Etoo saliera de la amnesia. Un mes sin marcar es demasiado para el camerunés, que reventó la red con un derechazo. La felicidad era completa en el Camp Nou y los cuatro tantos en veinte minutos dejaron la clasificación casi resuelta.El único pero que se puede poner a los catalanes es que permitieran entrar en el partido a un rival que estaba muerto. Un gol de córner antes del descanso y un despiste justo después dejó a los franceses a dos tantos del milagro, pero la herida no fue más allá. Piqué lo evitó en una noche perfecta. El canterano recuperado del Manchester United es una de las apuestas de Guardiola. Al técnico le gusta por su calidad. Ser central no tiene que ser sinónimo de ser un tarugo. La única que cogió Benzema la mandó desviada. El goleador del Olympique ha sido una de las decepciones de la eliminatoria. Falló ocasiones en la ida y apenas apareció ayer en la vuelta. El segundo tanto del Olympique no hizo dudar al Barça. El mando del choque siempre fue suyo y aunque no marcó el quinto hasta el final el sufrimiento no fue extremo.
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