El dólar deja de ser atractivo

Todo parece indicar que nadie quiere dólares. Un año después, la historia se repite, aunque con menor intensidad. La divisa estadounidense vuelve a tener problemas, aunque su mínimo de julio del pasado año (un euro se llegó a cambiar por 1,6038 unidades) no parece correr peligro, de momento. Su desplome tiene mucho que ver con el incremento que el precio del petróleo ha venido experimentando en las últimas semanas, y que se ha traducido en que el litro de gasolina vuelve a estar ya por encima del euro.
El hecho de que la Reserva Federal haya bajado los tipos hasta un rango de entre el cero y el 0,25% hace escasamente atractiva la inversión en dólares. La profunda crisis que vive la economía estadounidense no hace albergar muchas esperanzas acerca de un incremento de los tipos de interés en el futuro inmediato.
Quienes insisten en invertir en dólares se han refugiado, como el año pasado, en el petróleo, conscientes de que tarde o temprano el consumo volverá a dispararse. Así, el Brent ha llegado a romper la barrera de los 70 dólares, lejos, eso sí, de los niveles históricos de julio de 2008, y el euro tiene no muy lejos el nivel de los 1,50 dólares.