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El hundimiento

La Razón
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El pasado miércoles, el «vasco» Aguirre paseaba por su rectángulo de la banda del Calderón como el Hitler de la película que da nombre a éste comentario. Parecía preguntar por las «tropas de Steiner» que debían salvar Berlín del Ejército Rojo de Stalin, que ya no existían.

Era la pura imagen de la impotencia. Sobre el césped del estadio de la ribera del Manzanares, sin orden ni concierto, su equipo no sabía qué hacer con la pelota. El Valencia en crisis se los estaba «merendando», robando en el centro del campo todos los balones que llegaban a los pies de los colchoneros mientras, una vez más, la defensa se mostraba tan inútil como la línea Sigfrido.

El que avisa no es traidor. El pasado martes en «La Razón de Pepu Hernández» ya le advertí a Enrique Cerezo de que si nos eliminaban los «ches», hoy iba a haber «cera». Este nuevo Atleti, el enésimo proyecto, ha empezado a naufragar nada más doblar la esquina de la segunda vuelta de la Liga.

Ahora va a resultar que el motor era Maniche, y yo sin enterarme, y, lo que es peor, sin enterarse Aguirre. Desde Liverpool el «Niño» Torres debe de estar suspirando de alivio. Él podrá seguir creciendo como jugador, mientras su equipo del alma sigue como siempre y camino del hundimiento.