Cirugía

Ortodoncia: el número de tratamientos en adultos se triplica en 5 años

Ortodoncia: el número de tratamientos en adultos se triplica en 5 años
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En la mayoría de las consultas de odontólogos ya se recibe la misma cantidad de niños y de mayores que necesitan un someterse a un proceso ortodóntico. La invisibilidad de los nuevos sistemas atrae al público, que busca una sonrisa sana y perfecta.

Un aspecto sano y saludable. Un rostro que se ilumina gracias una sonrisa que inspira confianza y muestra cómo se cuida cada individuo. Para muchos la cara es el espejo del alma y la boca la entrada a la misma. Unos dientes alineados y blancos mejoran la percepción de uno mismo a los ojos de los demás. Por ello, desde hace cinco años las cosas han cambiado bastante en el campo de la ortodoncia, que ha dejado de ser «sólo para niños» y se ha convertido en una de las armas a las que habitualmente recurren los adultos para ver rejuvenecer su faz.
Los especialistas en ortodoncia aseguran que las intervenciones en este área se han triplicado en los últimos cinco años. Jaume Janer, presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia Lingual Incógnito, asegura que «esto se debe a las nuevas técnicas que permiten arreglar los problemas bucales de forma imperceptible para el resto y en un menor tiempo». Desde la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), también han visto crecer el número de adultos en las consultas. «No existen unos registros estadísticos, pero desde la sociedad tenemos constancia que las ortodoncias en este segmento de la población ha pasado de representar un 10 a un 50 por ciento del número de intervenciones ortodónticas con respecto a las que se practican en niños», apunta Juan Carlos Pérez Varela, vocal de la comisión científica de la SEDO.

Nuevas técnicas
Rápido y sin que nadie que le rodea se dé apenas cuenta. Así demandan los pacientes que sea su tratamiento ortodóntico, hecho que queda patente en un estudio publicado en «American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics» y realizado por la Universidad Estatal de Ohio (EE UU). En este trabajo, los investigadores demostraban que la utilización de dispositivos que fueran prácticamente invisibles era la elección favorita y la mayoría de los encuestados mostraban rechazo a los que fueran metálicos. El perfil del paciente lo representa una mujer entre 25 y 45 años, sin embargo los hombres ya empiezan a superar las cotas del 30 por ciento, según el «Informe de la sonrisa» de la Sociedad Española de Ortodoncia Lingual Incógnito.
Reducir el tiempo en los tratamientos ya es una realidad, gracias a los nuevos dispositivos la media no supera los 18 meses o dos años. «Con los actuales brackets y alambres se han acortado en meses, además ahora son menos dolorosos y más estéticos», puntualiza Pérez Valera. En este sentido, David Suárez Quintanilla, catedrático de Ortodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela y asesor médico de Sanitas, añade que esto se debe «a las nuevas aleaciones de níquel y titanio que permiten una mayor elasticidad y movimientos dentarios más naturales, parecidos a la erupción en la infancia».

Imperceptibles
Pocos años atrás se empezaron a introducir en España novedosas técnicas que no sólo pasaban desapercibidas a los ojos de los demás, sino que además aseguraban la misma o más efectividad que los tradicionales. Así, las férulas invisibles y la ortodoncia lingual son la elección de uno de cada cuatro pacientes que acuden a las consultas en busca del tratamiento perfecto.
Desde hace tres años, instalar los famosos brackets en la cara interior de los dientes no sólo ha animado a mucha gente a colocárselos, sino que ha supuesto un importante avance en la especialidad. «No sólo resultan cómodos porque no se ven, sino por que se hacen exáctamente a medida del paciente y los resultados se aprecian en poco tiempo», expone Janer.
Cinco años antes, se empezó a emplear la ortodoncia invisible, basada en férulas que se fabrican a medida a través de un sistema informático. Carolina Benalal, cirujano dentista y directora general de las Clínicas Soloimplantes y Clínica Benalal, explica que «se trata de alineadores imperceptibles, cuya precisión de debe a la ingeniería tridimensional, que traduce las intrucciones del médico». En esta opción, no se precisan enganches metálicos y los movimientos dentarios que permite se centran en las piezas que se han de corregir y no en las demás, con lo que se evita descolocar aquéllos que ya se encuentren en la posición correcta. «En general, el tiempo de duración del tratamiento es menor, aunque cada paciente constituye un caso especial», apunta Benalal.
Además de los brackets invisibles, los alambres que no se ven, férulas… también resulta necesario en un gran número de casos la cirugía ortognática. David Bargueño, jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario La Paz de Madrid, explica que «se trata de una intervención en la que se modifica la "mordida". Corregimos la oclusión colocando, según el caso lo requiera, la mandíbula y el maxilar superior en su posición correcta». De este modo, los pacientes consiguen no sólo una sonrisa bonita, sino «mejorar la fonación –deficiente en muchos pacientes– y masticar mejor, ya que antes no deglutían correctamente», añade Pérez Varela.
Otra de las nuevas posibilidades de la ortodoncia se encuentra en los microimplantes o microtornillos. Así lo demuestra un estudio presentado por durante la última reunión de la Academia Americana de Odontología e Implantología, en el que se demuestra que este tipo de dispositivo elimina los efectos colaterales o indeseados al mover los dientes ejerciendo fuerzas entre ellos. «Los implantes dentales están cambiando las actuales prácticas», asegura Frank Celenza, profesor clínico asociado de la facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York en EE UU. «En la ortodoncia convencional los dientes se mueven a través de fuerzas que ejercen torsiones y palancas, pero los microimplantes se emplean como excelentes anclajes desde los cuáles se aplica la fuerza necesaria para mover las piezas sin que interfieran unas en otras».
Además, Quintanilla asegura la efectividad de este tipo de técnica, « la combinación de los nuevos alambres y estos microtornillos posibilitan la reducción del tiempo de tratamiento hasta un 40 por ciento». Suárez explica que la inserción resulta indolora, son cómodos de llevar y no dan lugar a problemas de inflamación, infección o rechazo –ya que no se osteointegran, no se unen al hueso– y se retiran al finalizar del tratamiento. «En nuestros estudios, estamos preparados para ver casos en los que los implantes simplifican y racionalizan la terapia ortodóntica, ya que se reducen los tiempos de intervención y se elimina las posibilidades de complicaciones en el paciente al realizar ajustes», manifiesta Celenza.

Ventajas
Invertir en la salud bucodental, no sólo tiene un trasfondo estético. «Destinar 2.000 o 3.000 euros en la edad media de la vida, puede evitar hacerlo en el futuro en implantes, dispositivos que cuestan mucho más que un tratamiento ortodóntico», apunta Quintanilla. En este sentido, diversos estudios, según apuntan desde la SEDO, aquellas personas que se han sometido a este tipo de prácticas «son mucho más disciplinadas en la higiene dental, que han debido de mantener escrupulosamente mientras llevaban el aparato, y conservar su boca en buen estado», añade Pérez Varela.