Cine
El triunfo de «La soledad»
MADRID- Dio la sorpresa en las nominaciones a los Goya con «La soledad», una soberbia película sobre el dolor de dos mujeres (una de ellas por un atentado terrorista)que opta al premio al mejor filme, dirección, guión y actor revelación, y que fue presentada en Cannes.
–¿Qué opina de este reconocimiento a una cinta tan alejada de estereotipos ?
–Me sorprendieron todas las nominaciones, creía que no optaríamos a nada. Si tuviera que apostar por alguna, sería por la de las actrices Petra Martínez y Sonia Almarcha, o tal vez el de guión. Es fantástico, porque la Academia suele apostar por un estilo más clásico. Los Goya, al fin y al cabo, significan promoción, y a mí lo que me importa es que los espectadores vayan a ver la película.
–Es consciente, entonces, de la dificultad de conseguir espectadores para el cine que podríamos llamar «de autor». ¿Cómo afronta el reto?
–Mi cruzada es llevarlo a mucha gente, ya que estoy profundamente en contra de los guetos culturales. Para conseguirlo, no se puede rebajar la exigencia, ya que las grandes obras artísticas son populares. Conseguir un millón de espectadores con Bardem, con una historia conocida y un lenguaje tradicional tiene mérito –se refiere a «Mar adentro»–, aunque para mí lo difícil es conseguirlo con otro tipo de filmes. Por eso hago un esfuerzo en la promoción, ya que, contra lo que pueda parecer, el trabajo del director no acaba en la creación, sino que comienza ahí y termina en la difusión de la obra.
–La cinta narra una historia con una fuerte carga emocional, ¿de dónde nació la idea?
–Surge cuando me convierto en padre y comienzo a ser consciente de la fragilidad de la vida. Esta fragilidad se manifiesta en la angustia que provoca la muerte: la de los seres queridos y la propia. Por eso la cinta se articula alrededor de dos personajes: Adela, que sufre la muerte del ser más querido, un hijo, y Antonia, por la que sentimos el desasosiego de la propia finitud.
–¿Y su relación con los actores?
–Yo no los veo como una fuente de dramaturgia, no creo en la improvisación. Deseo conseguir naturalidad, así que establezco un conflicto claro con unas pautas sobre las que interpretan utilizando sus propias palabras en un ejercicio de apropiación. Es una improvisación conducida con la que consigo realismo.
–¿Trabaja ya en nuevos proyectos?
–Ando metido en uno para el Teatro Atrium de Vitoria con otros cinco directores y también estoy escribiendo mi próxima película. Seguirá la línea en ciertos aspectos de «La soledad», como la mirada distanciada de lo que se representa. Pero, como me gusta enfrentarme a nuevos retos, estoy dándole vueltas a otra nueva técnica cinematográfica.
✕
Accede a tu cuenta para comentar