Historia

Galicia

Espacios Naturales

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Con antecedentes que no deben olvidarse, como los Reales Sitios en España (La Granja, Riofrío, El Escorial, Aranjuez), la política de reconocimiento de espacios naturales se acometió modernamente en Estados Unidos. Por una ley de 1872, promovida por un grupo de ciudadanos que pidieron la creación del primer parque nacional, el hoy mundialmente célebre Yellowstone. Establecido como «zona de esparcimiento para beneficio y recreo del pueblo, al considerar que las bellezas escénicas de géiseres, cañones de maravillosos colores, refugio de fauna eran tesoros autóctonos; demasiado valiosos, que debían ser propiedad de la nación, para disfrute y bienestar de la gente, y la debida protección de los recursos biológicos».En España esa misma preocupación por preservar ciertas áreas especialmente dotadas por la naturaleza, se manifestó a partir de 1916. Año en que se estableció la normativa de Parques Nacionales; en lo que por entonces era un ambiente de regeneracionismo tras el «Desastre» de 1898.Las dos primeras muestras de esa política se dieron con la Montaña de Covadonga y con Ordesa y Monte Perdido, en 1918. Para seguir una larga etapa de letargo legislativo y de olvido del tema, pues no se volvió a configurar ningún otro parque nacional hasta 1954. Siendo en tiempos de Franco cuando se demarcaron los de Doñana, Teide, Caldera de Taburiente, Timanfaya, Aigüestortes y Tablas de Daimiel. Después, con la Democracia, surgirían los parques de Garajonay, Archipiélago de Cabrera, Cabañeros, Sierra Nevada y las Islas Atlánticas de Galicia; completándose de esa manera el cuadro de diferentes tipos geográficos-climáticos.Por lo demás, con la ley 4/1989, de 27 de marzo, sobre «fauna y flora silvestre y espacios naturales», se revisaron las pautas anteriores en la materia que nos ocupa, con nuevas posibilidades de ampliar las áreas protegidas, a base de nuevas modalidades de espacios a proteger.