Guardia Civil
Indignación entre las esposas de los altos mandos
La orden se conocía desde el jueves. Había causado malestar entre los familiares de guardias civiles que habían acudido a la capilla ardiente que se habilitó ese día al agente Fernando Trapero en la Escuela de Guardias Jóvenes de Valdemoro. Era la primera vez que se prohibía a familiares de otros compañeros acudir a un funeral de un miembro del Instituto Armado. Así lo denunciaron a LA RAZÓN esposas de agentes del Cuerpo dedicados a la lucha antiterrorista. Al parecer, la indignación se desató, sobre todo, entre las mujeres de los altos mandos cuando preguntaron por la hora a la que se celebraría el funeral con intención de acudir. «Los políticos van al sepelio para hacerse la foto, pero el resto vamos porque de verdad lo sentimos. Ser guardia civil no es una profesión, es una forma de vida y, hasta ahora, cuando fallecía uno acudíamos todos a despedirle», lamentaba ayer la mujer de un guardia civil. En su opinión, la decisión de vetar el acceso al funeral tenía una única finalidad: «Evitar los abucheos a Rodríguez Zapatero», como ha ocurrido en otros funerales.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles ( AUGC) calificó de «inaudito» el hecho de que no se permitiera la entrada al sepelio a las mujeres de los agentes aunque «también está mal que haya abucheos en un funeral», dijo un portavoz.
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