Bruselas

Islandia solicita su ingreso en la Unión Europea

Islandia solicita su ingreso en la Unión Europea
Islandia solicita su ingreso en la Unión Europealarazon

Agencias/ReikiavikEl Parlamento islandés (Althingi) aprobó ayer por mayoría absoluta autorizar al Gobierno de este país nórdico a solicitar el ingreso en la Unión Europea (UE). La moción -presentada por el Gobierno que forman en coalición desde hace dos meses el Partido Socialdemócrata y el Movimiento de Izquierda Verde- contó con el apoyo de 33 de los 63 escaños del Althingi y con 28 votos en contra, así como dos abstenciones. La primera ministra islandesa, la socialdemócrata Johanna Sigurdardottir, afirmó hace unos días que su intención es presentar la solicitud de ingreso en la UE en la reunión de titulares de Asuntos Exteriores de la Unión Europea del próximo día 27. Un hipotético acuerdo entre Reikiavik y la UE deberá ser refrendado posteriormente por los islandeses en una consulta popular para poder entrar en vigor.Para sacar adelante la propuesta, el Gobierno necesitó los votos de cuatro diputados de la oposición, ya que cinco de los catorce parlamentarios «verdes» se manifestaron en contra de la moción, que respaldaron los veinte diputados socialdemócratas. La votación culmina un debate que se ha prolongado durante seis días y en el que han salido a relucir las diferencias en el seno de la coalición gobernante, ya que, mientras los socialdemócratas defienden abiertamente la adhesión, Lo Verdes se oponen, aunque habían aceptado inicialmente iniciar las conversaciones.La oposición había solicitado convocar dos referendos, uno para decidir si se iniciaban las conversaciones con Bruselas y otro para aprobar un hipotético acuerdo, pero esa moción fue rechazada ayer por el Parlamento. Solicitar el ingreso en la UE ha sido la principal prioridad de Sigurdardottir desde que asumió el cargo el pasado mayo, después de que la izquierda obtuvo una victoria histórica en las elecciones anticipadas por la crisis, que provocó el pasado octubre la quiebra del sector bancario y su entera nacionalización. La primera ministra ha insistido en que el futuro de Islandia, una de las principales víctimas de la crisis financiera mundial, pasa necesariamente por adherirse a la Unión y adoptar el euro como moneda para que el país supere su crítica situación y pueda solucionar los problemas generados por la debilidad de la corona islandesa, sometida a continuas fluctuaciones.El apoyo del Parlamento supone el primer paso para acercar Islandia a la UE, aunque el Gobierno deberá vencer el tradicional escepticismo de la población hacia Bruselas, recelosa de las consecuencias de un eventual ingreso para su sector pesquero, que supone el 70% de las exportaciones del país, y también, aunque en menor medida, para la agricultura.A la defensa de los intereses nacionales concentrados en la pesca se une la desconfianza a ceder soberanía en un país de 320.000 habitantes y que conquistó su independencia de Dinamarca en 1944. Los últimos sondeos apuntaban a que más del 60% de los islandeses es partidario de negociar con Bruselas, aunque el apoyo a un eventual ingreso tiene menor respaldo.Tanto la Presidencia sueca de turno de la UE como el comisario europeo de Ampliación, el finlandés Oli Rehn, han dejado entrever que el hipotético ingreso se podría producir en 2011 ó 2012, ya que Islandia cumple buena parte de las exigencias de Bruselas, como miembro del Espacio Económico Europeo. El primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, mostró ayer su satisfacción por la decisión del Althingi y señaló en un comunicado que la solicitud islandesa será tratada «de acuerdo a los procedimientos establecidos».Islandia podría entrar en la UE a partir de 2011, ya que gran parte de su legislación cumple con los estándares comunitarios, lo cual acelerará sustancialmente el proceso de adhesión, aseguraron ayer a Efe fuentes comunitarias. Aunque no hicieron ningún cálculo temporal, las fuentes dieron por hecho que las habituales negociaciones por capítulos serán más rápidas con Islandia que las iniciadas con Croacia y Turquía en octubre de 2005. Además, calificaron de «realista» la previsión de la primera ministra islandesa de que la isla sea ya miembro de la UE dentro de dos o tres años y medio.Islandia es socio desde hace cuarenta años de la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC) y lleva quince en el Espacio Económico Europeo (EEE), circunstancia que armoniza sustancialmente sus leyes con el acervo comunitario. De este modo, el caso islandés puede ser similar al de Finlandia, Suecia y Austria, que entraron en la UE en 1995 sólo catorce meses después de presentar su candidatura.El comisario europeo de Ampliación ha sugerido en alguna ocasión que Islandia y Croacia podrían convertirse en socios comunitarios al mismo tiempo. La previsión es que Croacia entre en la UE en 2011, pero las negociaciones están paralizadas debido al veto de uno de los miembros de la Unión, Eslovenia, por un litigio fronterizo. Más complicado es el caso de Turquía, debido a las serias reticencias de Francia y Alemania. En el momento en el que Islandia solicite formalmente su candidatura, previsiblemente la próxima semana, el Consejo invitará a la Comisión a dar su opinión sobre la misma. En caso de un pronunciamiento favorable, se abrirán las negociaciones de adhesión con los Veintisiete. La apertura de las negociaciones de adhesión no es garantía de que el país termine convirtiéndose en miembro del club, dado que la decisión final deberá ser confirmada por el pueblo islandés en referéndum.En 1994 los noruegos echaron atrás el intento de su Gobierno de entrar en la Comunidad Europea, entre otras razones para no perder soberanía sobre los recursos pesqueros, argumento que podría desempeñar otra vez un importante papel en el caso islandés. Además, por el momento, toda ampliación de la UE se encuentra paralizada «de facto» mientras no se resuelva la incertidumbre en torno al Tratado de Lisboa, que contiene los cambios institucionales necesarios para que funcione una Europa de treinta o más miembros. La ratificación del nuevo tratado está pendiente todavía en cuatro países: Irlanda, que debe celebrar un segundo referéndum el 2 de octubre; República Checa, Polonia y Alemania.