Medidas económicas
Krugman y Smiley
Pedro Fraile señaló esta semana en Onda Cero que en realidad hay dos Paul Krugman, un economista sensato y uno populista que repite lo que el fofo pensamiento progresista quiere oír. En su visita a España el Premio Nobel respetó el guión, pero con su faceta sensata arrinconó a Smiley. En efecto, despotricó contra el mercado libre y reclamó aún más gasto público para salir de la crisis. Pero delante del propio Smiley argumentó sensatamente que como España no puede devaluar su moneda tendrá que hacer reformas estructurales o sus desequilibrios se ajustarán en forma de una importante depresión. Concluyó que la economía española emprenderá un camino que «será doloroso o extremadamente doloroso» y que su situación es «aterradora». A continuación habló Smiley, bastante descolocado porque tuvo que echar mano de sus copiosos recursos demagógicos para tapar lo evidente. Sobresalieron dos mentiras. Por un lado, dijo que España había modernizado sus instituciones económicas y su estructura productiva, lo que es bastante incierto, como lo prueban tanto la subida del paro como la prédica del mismo Smiley contra nuestro infausto modelo económico. Por otro lado, y con cara de tenerlo todo previsto, esgrimió contra Krugman nada menos que el Plan E, es decir, presentó como reforma estructural un plan que no contiene ni una sola reforma estructural.
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